MEDIO AMBIENTE

Diez torretas de lucha antiincendios cambian el personal por las cámaras

Toén. 18-08-2015. Antigua torre de vigilancia en Toén. José Paz
photo_camera La torreta de Castro, en el distrito XII, no reúne las condiciones de seguridad.

Covelo, en Viana do Bolo, y Alvite, en O Xurés, dos de los puestos claves de vigilancia, no cuentan con guardas fijos 

nDiez de los 21 puestos de "vixiancia fixa" consignados en el Pladiga -el documento que detalla el dispositivo antiincendios de la Xunta de Galicia- están fuera de uso y no hay vigilantes. Han sido suplidos en algunos casos por cámaras. Medio Rural dice que se utilizan "en función das necesidades que se van contemplando a medida que se vai desenvolvendo a campaña" y añade que "estas bases están sometidas a unha serie de revisións e traballos de acondicionamento que varían cada campaña segundo as necesidades do operativo", aunque el propio secretario xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto, reconoció el jueves que "determinadas casetas no reúnen las condiciones y no está justificado hacer la inversión" para adecuarlas.

Las torretas inutilizadas son tres en el distrito XII, dos en el XIII, en el XIV y en el XV, y una en el XI, según informan representantes sindicales del personal antiincendios dependiente de la Xunta. Los sindicatos indican que en varios casos ha sido la Inspección de Trabajo la que ha prohibido que se utilicen esos puestos. En la torreta de Coto de Castro, en el distrito XII, el cubil octogonal destinado al vigilante, a unos veinte metros de altura, pende de una estructura metálica que impediría, según las indicaciones de la inspección, un rescate urgente en caso de indisposición del trabajador. La estructura presenta progresivos refuerzos de las medidas de seguridad. Pero en la torreta ya no trabaja personal antiincendios. La vigilancia se realiza a distancia por medio de cámaras instaladas en la cúpula.

Desde Coto de Castro, los días de verano, se divisan al sureste los picos del Xurés portugués, enmarcados entre Penagache y San Cibrao; la sierra de San Mamede al suroeste; Cabeza de Meda, al noroeste; y la sierra de Candán al noreste. Todo el arco del distrito, donde también se ha prescindido de vigilantes en los puestos de Vilarrubín (A Peroxa) y A Portela (Padrenda). A unos centenares de metros de la caseta se encuentra la base de helicópteros gestionada por Inaer, empresa que ahora se presenta al concurso para ser socio privado en la base de drones de la Xunta. Los trabajadores temen que la política del departamento de Medio Rural se encamine a la sustitución de personal de tierra por tecnología de vigilancia a distancia.

"Os drons poderán facer algo que as camaras hoxe non poden: ubicar un lume pola noite", explica Manuel Martínez, brigadista y miembro del Comité de Defensa do Monte. "Pero ademáis de ubicar o lume, o vixiante dispón dunha bagaxe que non teñen os que manexan a distancia cámaras e drons, coñece os montes e a historia deses montes. É máis rápido para dar a alarma e da máis datos para decidir con que medios acudir, como xestionar o incendio".

Entre los puestos de vigilancia que se han quedado sin presencia humana, hay dos ubicaciones clave por el territorio que cubren, las características de esos montes y el historial de incendios que presentan: Covelo, en Viana do Bolo, y Alvite, en O Xurés.

En Viana, hasta el 2012 hubo dos puestos (el de Covelo y otro en Cepdelo). A partir de 2013, también desaparecieron del Pladiga las torretas de Allariz, Rebordechau, Cortegada, Entrimo y Centinelas, en A Gudiña. En la presente campaña, los servicios de extinción ya han acudido a varias falsas alarmas por alertas de humo que provenían de una térmica e incluso de una cantera. El conocimiento del monte, insisten los trabajadores del servicio de la Xunta, no se suple sólo con tecnología. n
 

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