Un pleno de guante blanco, al menos por parte del grupo socialista y, evidentemente, del PP, despide hoy (11.00 horas, en el Pazo provincial) al que fue el presidente de la Diputación durante los últimos 22 años.
José Luis Baltar preside hoy su última sesión plenaria y dirigirá los debates hasta el turno de ruegos y preguntas y mociones de urgencia, cuando el secretario dé fe de su renuncia a continuar en el cargo y, por lo tanto, de mantener su escaño en el Pazo provincial. Lo anunció el pasado martes, por sorpresa incluso para algunos de sus propios diputados, y su decisión es irreversible. Baltar Pumar cede el control de la institución a su hijo Manuel Baltar, aunque formalmente la propuesta de elección se conocerá mañana, y la próxima semana hará lo propio en el Concello de Ourense, donde ejerce de concejal en el primer grupo de la oposición.
Se irá al final de una sesión que sería de puro trámite, si no fuese por la moción nacionalista que pedirá compromisos provinciales y autonómicos con la estación de montaña de Manzaneda, pero ni eso afectará a una despedida emocionada, la que tras el pleno protagonizarán en las mismas escaleras del Pazo provincial los centenares de trabajadores que han prometido su presencia para aplaudirle; o la que ejercerán los diputados del grupo popular, que tras cada pleno se reúnen en una comida de compañeros y que hoy será más especial que nunca.
Después, José Luis Baltar anuncia absoluto silencio, el suyo, mientras la maquinaria del relevo se consuma. El pleno de investidura del sucesor, previsto inicialmente para el 4 de febrero se aplazará unos días a petición de los diputados socialistas, alguno de los cuales tendría que elegir entre la sesión de la Diputación o el congreso federal socialista de Sevilla.
Así las cosas, al proceso de sucesión sólo le queda dar a conocer la propuesta de candidato, que mañana dará a conocer el comité electoral, y la renuncia del aspirante, Manuel Baltar, a su escaño en el Parlamento, la próxima semana. Habrá una segunda renuncia, la del primer suplente de Baltar Pumar, César Parente, que ayer no confirmaba ese detalle pero que manifestaba que no va a ir en contra de su partido. Después de eso, sólo queda la nueva investidura.
Se irá al final de una sesión que sería de puro trámite, si no fuese por la moción nacionalista que pedirá compromisos provinciales y autonómicos con la estación de montaña de Manzaneda, pero ni eso afectará a una despedida emocionada, la que tras el pleno protagonizarán en las mismas escaleras del Pazo provincial los centenares de trabajadores que han prometido su presencia para aplaudirle; o la que ejercerán los diputados del grupo popular, que tras cada pleno se reúnen en una comida de compañeros y que hoy será más especial que nunca.
Después, José Luis Baltar anuncia absoluto silencio, el suyo, mientras la maquinaria del relevo se consuma. El pleno de investidura del sucesor, previsto inicialmente para el 4 de febrero se aplazará unos días a petición de los diputados socialistas, alguno de los cuales tendría que elegir entre la sesión de la Diputación o el congreso federal socialista de Sevilla.
Así las cosas, al proceso de sucesión sólo le queda dar a conocer la propuesta de candidato, que mañana dará a conocer el comité electoral, y la renuncia del aspirante, Manuel Baltar, a su escaño en el Parlamento, la próxima semana. Habrá una segunda renuncia, la del primer suplente de Baltar Pumar, César Parente, que ayer no confirmaba ese detalle pero que manifestaba que no va a ir en contra de su partido. Después de eso, sólo queda la nueva investidura.
