Los juegos de azar se complementan con las apuestas deportivas, que incluyen, por un lado, la tradicional Quiniela, que ofrece el Estado, más los gastos en las apuestas deportivas, cada vez más en boga, que ofertan los operadores privados. A la espera de las decisiones que tome el Gobierno central, que estudia cómo eliminar la proliferación de casas de apuestas en toda España, sigue incrementándose el gasto tanto en las máquinas situadas en los locales de hostelería como en los locales y salones de juego.
La implantación de las apuestas es muy diferente según las provincias y comunidades, pero está especialmente avanzada en Galicia, y, por ende, en Ourense, debido a la instalación de máquinas de contrapartida en los bares desde el año 2013.
La patronal del juego también hace públicos los datos de dinero invertido, con distribución geográfica, en las apuestas deportivas. La media de juego real es de 8,10 euros por habitantes y año, aunque alcanza picos máximos de 38,9 en Gipuzkoa, a mucha distancia del resto del país, seguido por Álava, Navarra, La Rioja y Bizkaia, (20) y, después, las provincias gallegas, en 11 euros.
Las cantidades movidas en apuestas en Galicia alcanzaron a cierre de 2018 los 146,65 millones, el doble que la cifra registrada en 2014, primera vez que se obtuvieron datos al respecto. La cifra no ha dejado de subir, pero respecto a 2017 se mantiene casi inalterable, con un ligero incremento. En premios, se devolvió el 78% del total, según los datos ofrecidos por la patronal. Sí que se ha disparado, sin embargo, las apuestas "online", alcanzando los 814 millones en 2018, lo que son 150 millones más en un solo año.
Los vecinos piden medidas para frenar el auge
Los colectivos vecinales han advertido de los peligros y piden límites y que se blinde la distancia con los colegios de las casas de apuestas. La Federación de Asociaciones de Vecinos Limiar pide medidas para reducir su presencia en las calle. Actualmente, hay una máquina física para apostar para cada 493 ourensanos.
