Duelo en 90 metros cuadrados

Corona de flores enviada por los Reyes
El domicilio familiar de Manuel Fraga se ha quedado pequeño para recibir las decenas de coronas fúnebres que han ido llegando y también a las numerosísimas personalidades que han querido acercarse a su casa del barrio de Moncloa, en Madrid, para mostrar sus condolencias a la familia.
Los familiares han preferido instalar la capilla ardiente en su vivienda habitual, un piso de poco más de 90 metros cuadrados en el que han tenido que amontonarse por momentos algunas de las visitas, pese a que la llegada de compañeros y amigos ha sido dosificada.
El día era uno de los más desapacibles de todo el invierno en la capital, con lluvia incesante desde las once de la mañana y un frío gélido que los casi cien periodistas congregados en la entrada del edificio han aguantado estoicamente. Uno de los pocos consuelos que han tenido los periodistas ha sido el gesto de un local comercial cercano, que les ha llevado trozos de empanada gallega para aliviar su tarea y, a la vez, promocionar el producto.
No ha sido fácil su trabajo, en una acera estrecha que han taponado por completo. A ello se ha sumado el factor añadido de una marquesina de autobús cercana, lo que ha obstaculizado sobremanera el tránsito de los vecinos del lugar y de las personas que acudían a rendir el último tributo a Fraga.
El primero de ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha llegado acompañado por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sobre las nueve de la mañana.
Quien más expectación ha generado ha sido el ex presidente José María Aznar, que ha coincidido dentro del domicilio con su esposa, Ana Botella, alcaldesa de Madrid, para luego abandonar juntos la casa.
La mayor parte de los asistentes ha permanecido dentro entre cinco y veinte minutos, seguramente para no formar aglomeraciones dadas las dimensiones del piso, pero el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de quien Fraga fue su mentor político, ha permanecido cerca de una hora. Después, ha abandonado el lugar muy emocionado, al igual que el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y el ex ministro franquista Juan Miguel Villar Mir. Según han dicho algunos de ellos, la familia está muy afectada, pese a ser conscientes de que el desenlace era inminente.

Decenas de coronas han llegado desde todas las instituciones. Desde los reyes y los príncipes, hasta el Gobierno, el Senado o la Real Academia de la Historia, de la que Fraga era miembro. Algunas de ellas, además, a título personal, entre ellas del presidente de la Cámara Alta, Pío García Escudero, el propio Gallardón o el ministro de Asuntos Exteriores, José García Margallo.
Todos los que han desfilado por el domicilio de Manuel Fraga Iribarne han destacado su servicio al Estado y su papel clave en la transición, pero la trayectoria de Fraga es tan extensa que prácticamente todos tenían alguna experiencia personal que contar de él. No han faltado personajes más atípicos, como el padre Ángel, la cantante Encarnita Polo o el periodista José María García, además de un espontáneo, habitual en los grandes actos del PP en Madrid, que ha tocado el himno nacional con su armónica en honor de Fraga.

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