La Uned, el centro de formación permanente para mayores de O Couto o los institutos con clases nocturnas cifran entre un 15 y 20% el aumento de estudiantes, que aprovechan su situación de desempleo para ampliar el currículum académico

La educación para adultos acusa un incremento de matrículas por la crisis

nn n Empleados del sector de la construcción, amas de casa, trabajadores autónomos y con empleos temporales, o incluso pizarristas han vuelto a las aulas de forma masiva en los últimos años. Y es que debido a la crisis, y a la reducción de oportunidades laborales, la mejor opción es ampliar el currículum académico con el fin de que éste les abra las puertas a un empleo más estable.
Por lo menos así lo explican no sólo las academias que preparan a los estudiantes para las oposiciones, sino también desde los centros de educación permanente para adultos que existen en la ciudad y enla provincia.

Para los más jóvenes que no lograron obtener su certificado de Bachillerato o de ESO, en la ciudad existen dos opciones. Se trata de los institutos Blanco Amor y Otero Pedrayo, que ofrecen a través de clases vespertinas y nocturnas la oportunidad de obtener el certificado básico de escolaridad, requisito mínimo para poder estudiar alguna especialidad.

Para la vicedirectora del instituto Blanco Amor, Soedade do Muiño, la mayoría de los matriculados en las clases nocturnas y vespertinas 'son jóvenes de entre 18 y 21 años', quienes tras abandonar años atrás sus estudios al encontrar algún empleo temporal, 'vuelven a las clases para retomarlos, puesto que el puesto laboral que encontraron no era fijo o no cumplía sus expectativas'. Aunque el incremento de matriculados no es 'apabullante', como asegura la vicedirectora del centro, sí que se ha notado un incremento de estudiantes interesados en terminar sus estudios básicos, pasando de los 25 alumnos a los 30 o 35 por curso.

Lo mismo sucede en el IES Otero Pedrayo donde 150 personas se inscribieron el año pasado en las clases para adultos que se imparten de las 17.30 a las 22 horas, cifra superior a los 130 matriculados en años anteriores a la crisis.

El centro de formación para adultos que más personas agrupa es el ubicado en el barrio de O Couto (Rúa Álvarez de Sotomayor, 4), dependiente de la Xunta, en el que el año pasado manejaban una cifra de 1.500 matriculados, un incremento de entre un 15 y 20% en comparación a otros años.

El secretario de este centro, Arturo Casares, asegura que el grueso de los nuevos matriculados lo hacen para obtener el título de graduado en Educación Secundaria (ESO y Bachillerato) aunque también en los cursos de aprendizaje de lectura, escritura y cálculo, o en los de matemáticas básicas, mecanografía, idiomas o informática.

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