El Concello da marcha atrás y permitirá la actividad de las pulpeiras en Ourense

Telmo Ucha rectifica tres días después su decisión de prohibir los puestos 

Tres días después de prohibir los puestos de venta callejeros, el Concello de Ourense permite ahora su actividad. Pulpeiros, churrerías y vendedores de castañas podrán volver a las calles, bajo las adecuadas condiciones de prevención sanitaria. 

La medida, que entró en vigor el pasado domingo, cogió por sorpresa a los pulpeiros, que el sábado colocaron sus puestos con normalidad. La polémica decisión, tomada por el concejal de Comercio, Telmo Hucha, se basó en la evolución de la pandemia en el municipio. La Asociación de Pulpeiras de O Carballiño, Arcos e Ourense reivindicó la seguridad de los puestos, que funcionan mayoritariamente por encargo, lo que evita aglomeraciones. Este martes, Ucha rectificó la medida, tras reunirse con la entidad y pedirles "extremar las medidas de seguridad". 

La presidenta de la entidad, Isaura González, celebraba este martes la rectificación del gobierno local. "Desde maio estamos facéndoo ben, se algún cliente non respeta as medidas hixiénicas xa lles chamamos nós a atención, somos os primeiros interesados en non correr ningún tipo de risco", explica. 

La Policía Local se ocupará de supervisar durante las próximas semanas el correcto desarrollo de la actividad de los puestos a pie de calle. "Posiblemente haberá que reubicar algúns dos postos para evitar que coincidan coas colas doutros negocios e poidan producirse aglomeracións", adelanta. 

El colectivo ya ha abonado las tasas de todo el año por la colocación de puestos en la ciudad, así como las del recinto ferial, inactivo desde el pasado mes de marzo y sin fecha confirmada de reapertura."Dixeron que ían facer obras, pero aínda non sabemos nin que van facer", señala González.

Los negocios de hostelería siguen pagando las tasas de los veladores

La hostelería de la ciudad acusa las consecuencias de las restricciones, después de un fin de semana sin apenas movimiento. El sector, que sigue pagando las tasas de los veladores públicos –aunque no pueden utilizar el 100% de las mesas– reclama colaboración institucional para hacer frente a las pérdidas. En el entorno de O Couto, numerosos establecimientos ya han cerrado a causa de las limitaciones especiales del barrio, que solo permiten la actividad hostelera en las terrazas.

La recientemente creada Asociación de Hostalaría e Restauración Ourensá (Ahrou) avanza movilizaciones para reinvidicar la dura situación del sector, y anima a los negocios de la ciudad y la provincia a sumarse a la entidad para lograr un cambio a mejor. "Queremos defendernos, sentirnos respaldados entre nosotros, llevar todos el mismo camino y que las administraciones nos escuchen para dar pasos hacia adelante", apunta Álex Castro, de Ahrou. 

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