Tras varios años de reivindicación, dos símbolos de Ourense como el Puente Romano y el del Milenio están siendo sometidos simultáneamente a diversas mejoras para recuperar el esplendor que merecen
Dos emblemas de la ciudad de Ourense como el Puente Romano y el del Milenio están en el taller, siendo sometidos a diferentes actuaciones de puesta en valor para recuperar el esplendor que merecen. El inicio de las obras el pasado lunes por parte de la Consellería de Infraestruturas en A Ponte do milenio se suma a las iniciadas el pasado mes de abril en la Ponte Vella. Entre ambas actuaciones, el presupuesto destinado por la Xunta asciende a casi 1,5 millones de euros, de los que en una primera fase se ejecutará el 66%, quedando pendiente el resto para el año que viene.
Los trabajos en el Puente Romano están dirigidos a poner en valor una infraestructura histórica, por lo que son dos las consellerías que están realizando mejoras. Por un lado, Infraestruturas está llevando a cabo la mejora de la pavimentación, sustituyendo la capa de hormigón, y un cambio en la iluminación, con la sustitución de los focos por diodos led de menor consumo energético que hará resaltar todavía más su monumentalidad. Paralelamente, Cultura se centrará en la rehabilitación y retocado de los pilares, retirando también una conducción de abastecimiento que transcurre por una de las fachadas del puente.
Por su parte, las deficiencias en el puente del Milenio, 15 años después de su inauguración, hacían obligada una actuación para poner a punto una estructura que se ha convertido en uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.
El objetivo que se busca es la eliminación completa de la vegetación que está abordando la estructura y poner coto a las partes corroídas por el óxido y a los cientos de graffitis que se pueden ver. Además, la iluminación y la instalación eléctrica también serán mejoradas.
Para que la Xunta pudiera hacer frente a esta obra, se tuvo que firmar un convenio con el Concello, que asumirá el mantenimiento del puente, que pasará a ser de titularidad municipal, una vez se concluyan los trabajos, con un plazo de ejecución de seis meses.
