Las viviendas ourensanas ya encienden su calefacción, después que el frío llegase en las últimas semanas. Calentar los hogares de la provincia será algo más barato este año, en comparación a los meses de otoño e invierno de la campaña pasada, una circunstancia que aliviará los bolsillos a la hora de subir el termostato.
La mayoría de los inmuebles son calentados empleando el gasóleo tipo C como fuente de energía. Son casi 55.000, el 50,5%, según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística. Fuentes empresariales de la venta de combustibles a domicilio sitúan su rango de precios entre 1,10 y 1,20 euros por litro en pedidos superiores a los 500 litros. Un coste inferior al registrado a la misma altura del año pasado, cuando oscilaba entre los 1,35 y los 1,45 euros, según comentan desde el sector.
Otro tipo de calefacciones que se verán aliviadas este año serán las de biomasa. Por ejemplo, las que utilizan pélets. Un saco de 15 kilos de este tipo de combustible se sitúa en una horquilla de unos 5 euros hasta alrededor de 9 euros, algo más asequible que el año pasado. En la provincia, el 15,4% de los hogares emplean sistemas calefactores de biomasa, cerca de 17.000 en total.
La moderación de los precios del mercado eléctrico también beneficiará a Ourense, donde existen casi 19.000 hogares que emplean esta fuente de energía para calentarse en invierno, el 17,4%. En este octubre, el coste medio de la electricidad ha sido de 89,64 euros por megavatio hora, según los datos que publica el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) y a falta de los precios de la jornada de mañana.
En el mismo mes de 2022, el coste medio del megavatio hora fue de 127,21 euros. Es decir, la electricidad se ha abaratado cerca de un 30%. Muestra de esta moderación es que el precio fue de cero euros entre las tres de la madrugada y las siete de la mañana de este domingo.
Contadores individuales
Por otro lado, las comunidades de vecinos con calefacción central de gas natural afrontan un cambio de escenario en este invierno. El pasado 1 de mayo entró en vigor la medida que obliga a tener instalados contadores individuales o repartidores de costes, a raíz de una directiva europea cuyo objetivo es reducir el consumo de energía.
Además, el próximo 1 de enero finaliza la aplicación de la tarifa de último recurso (TUR) para este tipo de calefacciones. La TUR es la tarifa regulada por el Gobierno, más asequible que los precios ofrecidos en el mercado libre. Las comunidades que se acogieron a la TUR deberán contratar el suministro en este último mercado, lo que incrementará el coste.
Los usuarios que tengan caldera individual no tendrán que afrontar este paso y podrán seguir beneficiándose de la TUR. Los precios marcados por el Gobierno son trimestrales. Para el iniciado en el mes de octubre, el coste del kilovatio hora (kWh) de gas se ha encarecido alrededor de un 8,7% para los consumidores con la TUR 2, la destinada a una vivienda con calefacción y consumo menor a 15.000 kWh por año.
Sin embargo, la inversión respecto al año pasado será menor. En este trimestre, el precio fijo sin impuestos es de 7,12 euros por cliente y el variable, de 4,38 céntimos por kWh. El primero es más de dos euros inferior al del último trimestre de 2022, mientras que el segundo se ha abaratado casi un 28%.
