Autor de 'La concentración parcelaria de Galicia'

Enrique Otero Seivane: “No me cabe duda que hay una conexión de tipo espiritual entre el gallego y la tierra”

Enrique Otero Seivane. (Foto: Martiño Pinal)
Este licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago es uno de los expertos sobre la concentración parcelaria en Galicia. Su experiencia queda resumida en un libro presentado ayer en Ourense.
Enrique Otero Seivane, Jefe del Área Jurídica de la concentración parcelaria de la Delegación de la Xunta en A Coruña, pasó ayer por Ourense para presentar en el Colexio de Avogados su libro”La concentración parcelaria en Galicia”.

En efecto. Podría parecerlo, pero la finalidad del libro es precisamente que no se convierta en eso. Es un libro introductorio sobre la concentración parcelaria con un enfoque jurídico. Pero no deja ser un libro de difusión, asequible, informativo.

¿La concentración parcelaria es un proceso zanjado?
En absoluto. No sólo porque siguen existiendo cuantiosos fondos comunitarios a los que aplicarla, sino porque hay numerosísimas parroquias de Galicia que siguen inmersas en ella.

¿Ha costado hacerle entender a los gallegos la conveniencia de concentrar parcelas?

Ha costado históricamente, y sigue costando. De ahí que hayamos visto necesario aproximar lo que es la regulación de los procedimientos al ciudadano medio. Y de ahí, en alguna medida, el libro. En cualquier caso, la mentalidad del gallego era reacia.

Sí, para la mentalidad clásica del medio rural, en su día las primeras concentraciones, sino trágicas, sí pudieron ir en la línea de resultar dolorosas. Sin embargo, hoy la evolución es grande y es mucho menos frecuente encontrarse con posturas tan radicales como las del pasado.

No me cabe duda que existe esa conexión entre el gallego y la propiedad. Hay que recordar que la Ley que impulsa la concentración data de 1952, e inicialmente ese proceso sí afectó a esos sentimientos del gallego, para quien la tierra representaba algo muy íntimo y personal, como para de pronto tener que cambiarla.

¿Esa conexión es más acusada en Galicia que en el resto de España?
Yo diría que sí. Aquí se nota más la vinculación del individuo con el entorno físico, con su propiedad.

El minifundismo gallego es de muy difícil erradicación. De hecho, queda mucha actividad de concentración parcelaria por hacer.

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