ROBOS

Las escuchas, principal prueba contra cuatro ladrones de casas

La acusación reclama cinco años de prisión para dos parejas de novios y uno para seis receptadores

Los diez imputados por la llamada "Operación Pravo", que desmanteló un grupo dedicado a robos
en el rural, visitaron ayer de nuevo el Juzgado de lo Penal 1. En la última sesión del juicio, aplazado
en el mes de julio, se dedicó a la audición de las escuchas realizadas por la Guardia Civil, la principal
prueba de cargo del fiscal.

La operación policial se inició en febrero de 2012 tras varias denuncias en viviendas de la periferia de Ourense. Los investigadores vieron que la oleada coincidió con la salida de la cárcel de Pereiro de Aguiar de dos de los principales
sospechosos.

El fiscal acusó a José Manuel P.M., Javier H.D., Tania G.P. y Genma D.A.G. de ponerse de acuerdo para robar en seis viviendas y galpones de Pereiro de Aguiar y Vilamarín. Para ello, según expuso ayer, "vigilaban previamente
las viviendas, preferentemente desocupadas y se desplazaban por la noche en uno o dos vehículos que estacionaban en las proximidades del objetivo elegido". Asegura la acusación pública que los hombre eran los encargados de entrar
a las casas mientras que sus parejas eran las que quedaban en el exterior realizando labores de vigilancia.

Todos ellos -dijo- se comunicaban por teléfono móvil -que estaban intervenidos por la Guardia Civil- utilizando frases cortas.

En este proceso penal, también están imputadas seis personas en calidad de receptadores (compradores de los objetos sustraídos) o como intermediarios para distribuir los efectos a personas interesadas: José Manuel G.L., David M.Sl., David P.G., Marco André F.C.

El fiscal reclamó ayer una pena de cinco años de prisión para los supuestos ladrones y un año para los que adquirían la mercancía. Pese a que en su día la Guardia Civil los detuvo por veinte robos, el ministerio público considera que sólo hay pruebas para imputarles seis, los perpetrados entre enero de 2012 y el mes de mayo de ese mismo año.

José Manuel P.M. y Tania G.P., junto a otra pareja, ya habían sido detenidos un año antes, en 2011, por medio centenar de robos. De ahí que cuando salieron de prisión resultaron sospechosos para la Guardia Civil. 

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