El Juzgado Penal 1 condenó a Jesús Manuel S.V. a 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de coacciones leves por vigilar a su expareja, acudiendo incluso al edificio en el que residía ella con su hija. Una vez finalizada la relación sentimental, el 8 de mayo de 2020, al menos en dos ocasiones Jesús acudió al rellano de la escalera de la vivienda para escuchar lo qué acontecía en el interior. Los policías hallaron al inculpado en ese lugar cuando la denunciante los alertó porque se sentía vigilada en la madrugada del 30 de mayo de 2020. La hija de la perjudicada también lo vio una noche del fin de semana del 15 o 16 de mayo al observar que la luz de la escalera estaba encendida y lo vieron apoyado en el rellano escuchando.
Esta situación provocó en la denunciante temor e inquietud tanto en la madre como la hija. No obstante, la sentencia asegura que no ha podido probarse que la actitud del acusado se prolongase en el tiempo, causando una alteración grave de sus vidas cotidianas. La fiscalía y la acusación particular acusaron de “stalking”, por acoso grave de forma insistente y reiterada.
Por contra, sí quedó acreditado que “el acusado con su conducta ha provocado desasosiego y desazón en la denunciante y su hija” para intentar doblegar la voluntad de la primera. Una conducta que puede sel catalogada, sostiene la jueza, “de acto violento”.
