LOS CONCIERTOS DE LA REGIÓN

El espíritu de Immaculate Fools, o retroceder 30 años en el calendario

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photo_camera Kevin Weatherill, empuñando su guitarra durante una canción del concierto de ayer en la Sala Berlín.

Kevin Weatherill y su banda protagonizaron un brillante concierto, con tiempo para exhibir el poderío de su cancionero

Era 30 de diciembre de 2016, pero ayer en la Sala Berlín el calendario marcaba tres décadas menos. De eso se encargó Kevin Weatherill, que al frente de unos remozados Immaculate Fools jugó con fechas y recuerdos dentro del ciclo de conciertos de La Región.

"Caray, esto recuerda los viejos tiempos", exclamó un viejo fan dando un codazo a su colega mientras sonaba "Blood on my hands". Good old times. Nostalgia por lo que fue y pudo a llegar a ser. En la vida de cada uno, también en la de una banda que, tras un par de melocotonazos, terminó diluyéndose en ese mar de bandas inglesas que encarnaron la reacción a la new wave de los primeros 80. Al menos, a los Immaculate Fools siempre les quedó España. "Estudio castellano despacio", chapurreó Kevin mientras se ajustaba sus eternas gafas de sol.

Como cómplices de esa reivención de conceptos bautizada como Dirty Ray, Naíma Acuña y Paco Charlín. Ambos fueron brillantes escuderos, necesarios en la original propuesta de Weatherill. Más energía, menos artificios sonoros y mismo sentimiento de base. Una fina ironía que trufa unas letras imborrables.

"Where the women go", "Rudy", "No, I don't think so", "Battle of the gogging", "Room". Los temas fueron desfilando mientras el inglés, con ese tipín menudo y un excelente humor, iba adueñándose de una noche que, a esas alturas, ya era terreno conquistado.

Meciéndose entre el folk y el pop, hubo tiempo para sonar a Van Marrison. También a EE UU, en una fórmula sonora que, demostró, sigue funcionando. Con bailes y asentimientos cómplices de cabeza, los asistentes lo confirmaron. Cuando el reloj marcó la Nochevieja, el frío de la calle ya estaba olvidado.

Marem Ladson2op7236_result

La velada la abrió Marem Ladson. La ourensana cogió su rol de telonera para transformarlo en protagonista, con un puñado de brillantes canciones. "West", "Gulliver" o "Dove" sirvieron para comprobar que su camino en el mundo de la música promete. Mucho.

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