Tres investigadoras del Campus destacan el aporte del selenio, que tiene beneficios antioxidantes y anticancerígenos
El Área de Tecnoloxía dos Alimentos de la Universidade de Vigo realizó un estudio en colaboración con la Organización de Palangreiros Guardeses en el que se recogen los beneficios del consumo del pez espada o emperador. Entre los minerales destaca el aporte de selenio, que tiene propiedades antioxidantes y con efectos anticancerígenos hasta el punto de que "el aporte de una ración de pez espada supone más del 100% de la ingesta diaria requerida de este mineral", explicó Inmaculada Franco, una de las autoras de la publicación, titulada "Pez espada: pesca, composición, química y valor nutricional".
El selenio es además un antagonista del mercurio ya que "muchos de estos peces como el bonito tienen la problemática de los metales pesados del mercurio", añadió. En cuanto a vitaminas, destacan algunas como la B12, B3 pero, sobre todo, el aporte de vitamina A y D, "que facilita la absorción de calcio" explicó Noemí Cobas, otra de las autoras, que indica que un producto como el pez espada "rico en aminoácidos esenciales y no esenciales nos ayuda con los requerimientos diarios".
El proyecto inicial establecido con la Organización de Palangreiros Guardeses se concretó en la elaboración de las primeras conservas pez espada. Para ello, analizaron peces procedentes del océano Atlántico Norte y Sur, Pacífico e Índico y de diferentes peces con el fin de "seleccionar aquellos que nos condujesen a la conserva de la mayor calidad tanto nutricional como saber y textura", destacó Franco.
La docente explica que a la hora de consumir pescado, también a la hora de cocinar, se realiza un tratamiento térmico, que conlleva una pérdida nutricional. "Nosotros hemos hecho un tratamiento térmico estudiando la pérdida de nutrientes hasta después de un año y no hay una pérdida importante". Esto se traduce en que es "muy sano comer pez espada tanto en fresco como en lata", indicó Franco. Tras este informe, seguirán profundizando en su estudio y analizarán si se detectan cambios en su valor nutricional a lo largo del tiempo y según las condiciones de almacenamiento.
En España se capturan 30.000 tonelada al año frente a las 10.000 de Japón.
