Los expertos, cautelosos ante la energía nuclear de fusión

Instalaciones del National Ignition Facility en California, EEUU.
photo_camera Instalaciones del National Ignition Facility en California, EEUU.
Recuerdan que aún queda investigación a pesar del reciente éxito: “La ciencia lleva su tiempo”

El pasado 5 de diciembre, el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore estadounidense consiguió generar energía a través de una reacción de fusión nuclear. La tecnología puntera del National Ignition Facility (NIF, Instalación Nacional de Ignición) contribuyó a un hito que acerca a la humanidad una fuente de energía más limpia, estable y barata. El Santo Grial de la energía.

A pesar de la buena noticia, los expertos ourensanos llaman a la prudencia ante el logro. Porque el éxito obtenido en el NIF es tan solo un experimento. Y aunque es un resultado importante, tendrán que pasar décadas de investigación antes de que se pueda aprovechar a nivel comercial.

“Estamos un poco más cerca, posiblemente. Pero tampoco hay que echar demasiado las campanas al vuelo”, considera Daniele Tommasini, físico teórico del Campus de Ourense de la UVigo, y que impartía Física Nuclear cuando aún existía el grado de Física.  Antes de nada, matiza que no se ha publicado todavía el artículo científico del experimento, por lo que extrae los datos del anuncio que se hizo. “Es una noticia importante, pero quizás no tanto”, advierte Tommasini.

Leer entre líneas

El valor de gasto que dan los participantes del experimento es el de la energía “on target”, esto es, la que llega a la cápsula: 2,05 megajulios. La que se obtuvo tras la reacción de fusión nuclear fue de 3,15 megajulios, lo que deja la ganancia neta en 1,1 megajulios.

“Hay que leer entre líneas, esta es la energía ‘on target’”, detalla Tommasini, ya que solo cuentan la energía ultravioleta de los láseres. Es la que le llega a la cápsula de deuterio y tritio artífice de la fusión. “La energía del láser se produce a través de todo un sistema de bombeo, de amplificaciones…” que tiene una eficiencia del 1%, según los propios datos que proporcionan ellos. “Si fuese así, quiere decir que en realidad la energía que se ha utilizado no es de 2,05 megajulios, sino de al menos cien veces más. No habría ganancia, habría pérdida”, asevera.

Aun así, el físico de la UVigo cree que la cuestión es mejorar esa eficacia para que la diferencia entre energía empleada y obtenida sí sea positiva: “La esperanza es que con otro tipo de láseres puedan conseguir una mejor eficiencia”, dice.

Histórico

“Esto es el mismo hito que cuando Neil Armstrong aterrizó en la Luna”. Jacinto Seara, físico nuclear, compara el hallazgo con el “pequeño paso” del hombre en la Luna. “Es una cantidad pequeña, pero evidentemente es energía neta”, valora, y también llama a la prudencia: “Podría tardar varias décadas. Desde mi punto de vista esta no va a ser la energía del futuro”.

Seara explica en qué consiste el experimento del NIF. En resumidas cuentas, consiste en “bombardear deuterio y tritio -dos isótopos del hidrógeno- con rayos láser para que se fusionen y den helio y neutrones. En esa fusión se obtiene calor” aprovechable mediante una turbina, como en los reactores nucleares de fisión. De hecho, defiende que se debería aprovechar la energía de los reactores de fisión, ante la espera que queda por delante para aprovechar la fusión nuclear. “Es la energía más limpia que existe en este momento”, dice.

A pesar de ello, sí pone en valor lo que podría suponer el descubrimiento en otros ámbitos, aparte de la obtención de energía. “Todo lo que sea energía que no emita ningún elemento extraño a la naturaleza servirá para mucho”, y destacó las posibilidades que ofrece en ámbitos como la medicina. A pesar de ello, señala que uno de los problemas de la fusión nuclear es que “el deuterio abunda, el tritio no. El tritio abunda en Marte y en la Luna, pero aquí no”. Pero sobre todo, recuerda que “la ciencia lleva su tiempo. Por eso digo lo del pequeño paso. Pequeño, pero, ¿cuánta tecnología derivó de ese paso?”.

El ITER, el gran proyecto en Francia con investigación de sello ourensano

Jacinto Seara remite sus esperanzas al ITER (Reactor Experimental Termonuclear Internacional), uno de los proyectos en el ámbito con más expectativas, si no el que más. Allí se trata de construir un reactor de fusión nuclear que sirva como demostración comercial, y en él participan siete socios: la Unión Europea, Japón, Estados Unidos, India, China, Rusia y Corea del Sur.

El método que emplea el ITER, el confinamiento magnético, es diferente al del NIF, el confinamiento inercial. Lo que se busca en las instalaciones de la organización en Cadarache (Francia) es, en una cámara de vacío con forma de donut, atrapar plasma en un espacio reducido por un campo magnético.

En el ITER trabaja como investigador el físico ourensano Guillermo Suárez. “Los experimentos del NIF son un buen avance, sobre todo en la energía de fusión por confinamiento inercial”, opina Suárez. Sobre la dificultad de obtener tritio, detalla que el objetivo es la autosuficiencia, obteniéndolo del litio a través de la propia reacción de fusión. Y sobre cuánto  tardará en llegar al mercado la fusión nuclear. “Es muy difícil, porque en los últimos años hemos visto una explosión del sector privado. Parece que vivimos una revolución en este campo. Las empresas privadas están tratando de acelerar el desarrollo”, expone Suárez.

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