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Expertos en movilidad piden una segunda peatonalización

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photo_camera Peatones cruzando un paso de cebra de la calle Progreso, una de las principales de la ciudad.

Solo cinco de las 90 calles peatonales o restringidas al tráfico en la ciudad están fuera del Casco Vello, por lo que las propuestas pasan por expandir el modelo a los barrios, como en otras ciudades

La Semana da Mobilidade concluyó en la ciudad de Ourense con el intento del Concello y las asociaciones colaboradoras por intentar cambiar la mentalidad de los ourensanos, con el objetivo de hacer una ciudad más amable con el peatón, probando incluso las llamadas "peatonalizaciones exprés" en algunas calles céntricas, como Xocas o Cardenal Quevedo, que están llamadas a ser en exclusiva para los peatones en los próximos meses, según confirman desde el propio equipo de gobierno.

En la actualidad, la Mesa de Movilidad trabaja sobre la base de que solo cinco de las 90 calles que tienen calificación de peatonal o de circulación restringida en la ciudad se encuentran fuera del casco histórico.

Este dato avala la teoría cada vez más extendida de que el Concello tiene pendiente una segunda peatonalización, en la que trabaja el grupo "Móvete por Ourense", ya que la superficie del casco histórico, teniendo en cuenta la delimitación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del mismo, supone tan solo un 12,5 % del casco urbano, y es en este espacio en el cual se concentra el 90% de las zonas peatonales de la ciudad.

En el término municipal, hay alrededor de 3.000 calles y plazas, por lo que el potencial para peatonalizar o hacerlas de acceso restringido a vehículos rodados es amplísimo.

Otras ciudades

El equipo redactor del nuevo Plan de Movilidad está estudiando la apuesta por un nuevo modelo, que incluya esta segunda peatonalización, extendiéndose más allá del Casco Vello y el Ensanche y siguiendo la estela por la que ya están transitando otras ciudades gallegas, lideradas desde hace casi 20 años por Pontevedra.

En la ciudad del Lérez, han logrado que solo un 30% de los desplazamientos se realicen en coche, haciendo que casi el 40% del casco urbano sea "zona de coexistencia", con un límite de velocidad de 20 kilómetros por hora. Asimismo, el aparcamiento en el centro histórico está totalmente prohibido, excepto para servicios (con un máximo de 15 minutos de estacionamiento) y han creado hasta nueve párkings disuasorios en las afueras, con más de 1.600 plazas. El resto del municipio está totalmente limitado a 30, una cifra que se pretende alcanzar en un futuro en Ourense, habida cuenta de que la ordenanza de Tráfico ya recoge estas zonas A-30.

En Lugo, ya cuentan fuera de la Muralla con una veintena de calles con estas características (como Divina Pastora, rúa da Xesta, rúa Menorca o Soto Freire). Dentro de la Muralla, al menos medio centenar de calles son peatonales o están restringidas al tráfico, como la rúa da Raíña, Progreso, Nóreas, Xoán Montes...

También en Santiago han comenzado la peatonalización hacia el exterior de la zona histórica. En 2016, iniciaron la primera fase de la restricción del tráfico en la rúa de San Pedro, en el perímetro de la zona histórica, y este verano se puso en marcha la peatonalización de un tramo de la calle Xoán XXIII. El centro histórico fue totalmente peatonalizado o restringido a coches una vez la capital de Galicia fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

Vigo empezó su apuesta por la peatonalización en los barrios hace ya más de una década, como en el barrio de O Calvario o la plaza de la Independencia, y tiene entre manos un proyecto de más de ocho millones que permitirá eliminar el tráfico rodado de una de sus zonas emblemáticas, la Porta do Sol.

Tampoco A Coruña se queda al margen, ya que desde hace un año se peatonalizó un tramo pegado al mar, en La Marina, y la peatonalización por barrios están en previsión, empezando por Monte Alto.

CIUDAD MÁS SOSTENIBLE

La apuesta pasa por una ciudad más sostenible y por un uso equilibrado del espacio público donde el coche deje de ser el rey, donde las emisiones de CO2 en el centro urbano se reduzcan, el espacio público se convierta en el lugar de socialización de los vecinos, no haya accidentes mortales de tráfico ni atropellos y la gran mayoría de niños puedan ser autónomos.

Es el reto que persigue la futura movilidad de la ciudad, con el objetivo primordial de mirar hacia nuevas centralidades, que los expertos de la mesa de movilidad sitúan en el barrio de A Ponte, el entorno de O Couto, el Campus Universitario y Mariñamansa, los nuevos centros dotacionales.

También es fundamental aumentar los espacio para bicicletas, inexistentes en la ciudad, que contrastan con los más de 17 kilometros en A Coruña. Otras ciudades, como Lugo, con 2 km, o Santiago, con una cifra similar, han presentando planes de movilidad sostenible para incrementar estas cifras. Y en Vigo, acaban de anunciar un carril bici de 10 km entre Teis y Samil.

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