La falta de apoyo institucional y la deslocalización abocaron al cierre a los proveedores locales: 'Fue una sangría', manifiestan

La exportación textil crece mientras los pequeños talleres se extinguen

Actividad en un taller textil de la provincia ya cerrado, en una imagen de archivo. El sector, actualmente, está casi extinguido.  (Foto: ARCHIVO)
El sector textil ourensano sitúa a la provincia en segundo lugar de Galicia y sexto lugar de España por volumen de exportaciones, con un importe total de 86.996.000 euros en el año 2012. Así lo refleja un informe de Cointenga (Confederación Galega de Industrias Textiles) sobre la evolución en el último año.
En la actividad de este sector tiene un gran efecto el peso de Inditex, que hace que A Coruña se sitúe como primera provincia española en exportaciones, con 3.062 millones de euros, que supone más del 40% de España. Le sigue Barcelona (2.367 millones) también por el efecto Inditex, que tiene en esta provincia el domicilio fiscal de algunas de sus marcas, y Zaragoza (706 millones), que asciende al tercer lugar por la puesta en marcha de una plataforma logística, en la que también opera la compañía de Amancio Ortega. Madrid (con 682 millones) y Málaga (casi 110 millones) figuran en cuarto y quinto lugar del ranking estatal, para dejar paso a Ourense ya en sexta posición.

En este sentido, el informe destaca el hecho de que Ourense y Pontevedra se sitúen entre las diez primeras provincias españolas en exportaciones textiles, 'ya que en ellas no existe el efecto Inditex'.


PEQUEÑOS NEGOCIOS

A pesar de esta buena posición de Ourense, fundamentalmente gracias a las grandes compañías textiles ourensanas -aunque también sufren los efectos de la crisis-, el sector presenta otra cara muy diferente: la de los pequeños talleres, que ya venían padeciendo dificultades desde antes de al recesión. Estos negocios surgieron entre los años 80 y 90 y acompañaron a las grandes compañías ourensanas en su crecimiento (se calcula que hubo más de 200 en la provincia), hasta que a partir de finales de los 90 los grandes diseñadores comenzaron a deslocalizar su producción y sus proveedores originarios fueron cerrando, hasta el punto de que hoy son contados los que permanecen, si bien no existen datos al respecto.

Vitaliano Falivena, expresidente de la Asociación de Talleres Textiles de Ourense (que actualmente se encuentra inactiva, aunque no está oficialmente disuelta), es uno de los que acabó cerrando su negocio, hace ya casi dos años. 'Fue una sangría', manifiesta. 'Nos fuimos quedando sin trabajo porque fueron deslocalizando toda la producción al extranjero', indica, y la llegada de la crisis agudizó los problemas económicos de estos talleres. 'Si no fuese por los impagos, quizá podríamos subsistir', manifiesta el expresidente del colectivo. Y, en este contexto, 'la administración se lavó las manos', ya que los programas de apoyo que ofrecían al sector 'no eran más que humo, era imposible para las pequeñas empresas reunir todas las condiciones mastodónticas que pedían', indica. Por ello, Falivena, al igual que otros muchos talleres, optó por echar el cierre. 'No veíamos alternativa ninguna y, aunque la asociación se movió mucho, no nos hicieron caso', concluye.

No obstante, Falivena considera que el sector todavía puede volver a generar actividad en la provincia, aunque cree que 'hay que darle tiempo'. Así, explica que las compañías ahora se encuentran que 'confeccionar fuera ya no es tan fácil ni barato como era antes, pero si quieren contratar algo aquí ya no encuentran a nadie, porque han permitido que cerrara todo', sostiene. Espera, en todo caso, que esta situación sirva para que 'aprendamos de los errores' y que cuando la situación mejore pueda volver a generarse actividad.

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