Una concentración en Astorga insta a aclarar comportamientos como el del cura de Veigamuiños
Una manifestación formada por una treintena de personas se manifestó ayer en Astorga en defensa de las víctimas de posibles abusos sexuales cometidos hace 30 años en el colegio Juan XXIII, de Puebla de Sanabria. La protesta la abrió una pancarta con el lema "Todos lo vivimos, ellos lo encubrieron, todos somos víctimas".
Durante la protesta fue leído el manifiesto del familiar de una víctima, en el cual aparecía reflejado: "Hoy estamos aquí, apoyando a aquellos niños de hace 30 años que sufrieron abusos, ¿por qué hizo falta que el papa investigara?". También recogió que hubo "educadores, tutores y sacerdotes que cuando las víctimas recurrieron a ellos, miraron hacia otro lado".
La protesta surgió después de que el expárroco de Tábora, José Manuel Ramos Gordón, reconociese que las acusaciones dirigidas contra él por hechos ocurridos en el colegio Juan XXIII eran ciertas, siendo condenado.
Días después, un vecino de Borrenes (León), Emiliano Álvarez, entregó un escrito en el Obispado, acusando al cura de Veigamuiños (O Barco), Ángel Sánchez Cao, por hechos ocurridos en el seminario de La Bañeza, en la década de 1970. El sacerdote desmentiría su acusación. Dijo no conocer al firmante del escrito y se reservó el derecho de emprender acciones legales.
El obispo, Juan Antonio Menéndez se reunirá con los manifestantes el 28 de febrero.
