La extrapolación del voto en las elecciones municipales de Ourense al 23J

✉ Al minuto: Las elecciones generales del 23J en La Región 🤝🏻 Pactómetro: Las alternativas de gobierno del 23J 🗳️ Participación: Porcentaje de participación el 23J El BNG aspira a tener por primera vez un diputado por la provincia de Ourense en las próximas elecciones generales del 23 de julio, convocados ayer oficialmente en el Boletín Oficial del Estado. El traslado de los resultados de las elecciones municipales del pasado 28 de mayo a los comicios del 23J, para los que restan menos de dos meses cobra más sentido que nunca, por la cercanía entre uno y otro proceso. En las municipales, el PP obtuvo en la provincia 72.103 votos, que le reportarían 2 de los 4 escaños a repartir en la circunscripción ourensana si se mantuviesen inalterados los apoyos y le permitirían mantener con creces la hegemonía. El PSOE, por su parte, fue segunda fuerza, con 43.713 sufragios y 1 escaño, mientras que el BNG irrumpiría con 26.518 votos y su primer diputado de la historia por Ourense, al obtener el 15% de los sufragios. Si los nacionalistas consiguen fidelizar a los electores que hace apenas tres días depositaron una papeleta del BNG en las urnas, conseguirían ese ansiado diputado, aunque apenas tienen un margen de 7.000 votos de diferencia con el PP, que de conseguir romperla, obtendría el tercer escaño y dejaría a los nacionalistas de nuevo sin representación en el Congreso de los Diputados. Queda por dilucidar a dónde irían a parar los más de 19.000 votos que obtuvo DO, principalmente en la ciudad, y que vendrían a equilibrar la balanza en uno u otro sentido. El PP, que obtuvo un discreto resultado en la urbe en las municipales, muy por debajo de lo habitual en unas generales, podría ser el principal beneficiado y daría al traste con las aspiraciones del BNG, si bien los nacionalistas confían en que su tendencia al alza les permitirá comer terreno al PSOE. El PP obtuvo en las municipales un 40,6% de los votos, el PSOE recibió un 24,6% y el BNG alcanzó el 14,9%. El PP obtuvo en las generales de 2019 un 39,8% de los apoyos en la provincia y el PSOE, un 33,5%. El BNG, si es capaz de repetir el 15% de sufragios podría conseguir representación. En todo caso, queda por dilucidar también el efecto que tendrán en los grandes partidos los apoyos que reciban Vox y Podemos (o la plataforma que impulsa Yolanda Díaz), ya que, presumiblemente, los primeros restarían voto de municipales del PP, y los segundos laminarían parte del electorado de socialistas y nacionalistas. Si se toma como referencia el otro proceso electoral previo a las municipales, que son las autonómicas de 2020, el reparto sería también el mismo: PP 2, PSOE 1 y BNG 1. La diferencia: entran en juego 102.000 ourensanos que viven en el extranjero Uno de los principales motivos por los que no es posible extrapolar los resultados de las municipales a las generales es por el aumento exponencial que sufrirá el censo electoral para los comicios nacionales, ya que se incorporará una bolsa de 102.555 votantes (según los datos a 1 de abril de 2023 del Censo Electoral de Residentes Ausentes) que residen en el extranjero. Toda esta cantidad de votantes tendrá una importancia especial en las elecciones generales del próximo 23 de julio, ya que se espera una participación mucho más elevada al desaparecer la figura del voto rogado. Esta medida, aprobada en 2011, hizo caer la participación a cifras ridículas tanto en generales como en autonómicas, y con su desaparición se espera que el voto foráneo recupere peso. Observando los datos, en las generales de 2008, últimas en el ámbito estatal hasta la fecha sin sufragio rogado, la participación de la diáspora ourensana fue del 32,28%, mientras que tres años después, ya con la modificación legislativa en vigor, el porcentaje se desplomó hasta el 3,6%, tocando suelo en 2015 cuando apenas participaron el 2,08% del censo. Así, el censo se disparará desde los 254.774 electores de las últimas municipales hasta los 357.329 que tendrán derecho a voto en las elecciones parlamentarias, por lo que el peso de estos residentes en el extranjero es del 28,7%, un porcentaje que queda muy lejos del 20% de Lugo y del 15% de A Coruña y Pontevedra.