El falso enfermero de O Irixo usaba a sus citas para delinquir

Rubén I.V., natural de O Irixo, ingresó en prisión el domingo en Zaragoza por hacerse pasar por enfermero, una pericia a la que se suma una larga lista de acusaciones, como robo con violencia o descubrimiento y revelación de secretos. El joven de 28 años comenzó su andadura en Santiago de Compostela en junio de 2016. Haciéndose valer de un falso título, trabajaba como conductor de una ambulancia no concertada. Según informa la Policía Nacional de Zaragoza, "pese a trabajar para el Sergas, el contrato era una concesión privada". Aprovechando su cercanía con Urgencias, sustrajo un desfibrilador valorado en 5.000 euros, una hazaña que le costó su primera detención. Sin embargo, el mundo de la delincuencia sanitaria aún estaba por explotar para Rubén I.V. Tras sumar otros delitos de estafas y hurtos, en septiembre de 2020 cruzó la frontera y comenzó a trabajar en el hospital Begoña de Gijón y más tarde en una clínica barcelonesa. En todo momento, haciéndose pasar por enfermero, con una fotocopia de un título universitario falso de la Universidad de A Coruña y el carné del Colegio de Enfermería de Barcelona, también falsificado. Más tarde, se estableció definitivamente en Zaragoza. Allí comenzó una relación con una mujer y ésta le consiguió un trabajo en un hospital público. Fue en la capital del Ebro donde, con su acreditación, supuestamente accedía a las taquillas de otros compañeros y se hacía con sus pertenencias personales. Entre otros objetos, les robaba presuntamente la cartera y, con sus tarjetas de crédito, "realizaba compras fraudulentas por internet", según explica un agente. En enero, la Policía Judicial corroboró que toda la información que había aportado era falsa y el joven fue detenido por un delito de intrusismo laboral. También por otros como robo con violencia (ya que había forzado las taquillas de los trabajadores del hospital), hurto y estafa. Quedó pendiente de juicio y el magistrado decretó su puesta en libertad. Un mes le bastó a Rubén I.V. para ponerse de nuevo manos a la obra. El ourensano comenzó a trabajar en una residencia de ancianos y en otras clínicas de Zaragoza. El 11 de marzo, la residencia daba cuenta de la desaparición de una tablet y de un acceso informático no autorizado. El joven accedía a las historias de los pacientes y una vez en las bases de datos, se hacía con sus teléfonos y les ofrecía servicios a domicilio, entre los que estaban PCR y otras pruebas médicas. Según fuentes policiales, "mientras, aprovechaba para robar en las viviendas". En una de sus visitas, Rubén I.V. fue interceptado por la Policía Judicial de Delicias (Zaragoza) y el domingo, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 decretó su ingreso en prisión. Ambulancias y otros vehículos El investigado no tenía carné de conducir, sin embargo, alquilaba coches de renting y les ponía pegatinas de la Unidad de Asistencia Domiciliaria de Urgencias para desplazarse a las viviendas. Además, la Policía Nacional se encuentra inmersa en una investigación en relación a material de una ambulancia robado en Tudela (Navarra). "Cuando dimos la información a los medios, y se publicó la foto en la que sale el imputado, nos llamaron del hospital de Tudela y nos dijeron 'eso es nuestro' y el uniforme era de la Comunidad de Navarra", explican desde la Policía Nacional de Zaragoza que, efectivamente, encontraron entre sus posesiones dispositivos médicos de una ambulancia y el uniforme. Un galán interesado La pantomima de Rubén I.V. también sobrepasaba las relaciones personales. Utilizaba aplicaciones de ligue como Tinder y Badoo para conocer a mujeres que trabajasen en el sector sanitario y les daba su perfil de Instagram. En este colgaba fotos con el uniforme de enfermero y les decía por chat que, además de ser enfermero, estaba estudiando Medicina. Conseguía que algunas de ellas le facilitasen el camino para que diferentes empresas privadas lo contratasen para trabajar en sanidad. Además, "entre sus fotos tenía también una vestido de policía nacional. Él decía a sus citas que antes de ser enfermero había formado parte del cuerpo", relata un agente de Zaragoza. A la última mujer que conoció en una de las aplicaciones de citas le pidió que fuese a buscar un coche de renting que había alquilado a través de una tercera persona, otra mujer a la que también engañó con un falso romance. Sin embargo, Rubén I.V. no tiene carné de conducir porque le fue retirado en 2018, por lo que también se le ha imputado un delito contra la seguridad vial. En esta ocasión y para evitar nuevamente que el ourensano delinca, el juez decretó su ingreso en prisión. El abogado: “No hay justificación para que esté en prisión" El caso del falso enfermero ourensano está aún en fase de instrucción. Su abogado, Sergio Gasca, explica que va a intentar recurrir el auto de prisión, "porque entiendo que no hay justificación para mantenerlo allí provisionalmente". El letrado afirma que "tiene domicilio conocido y no existe riesgo de fuga ni se da ninguna de las causas que determinan su ingreso". Además, explica que hay una serie de hurtos que se le imputan "en los que no se ha demostrado su participación". Más adelante, "intentaremos llegar a un acuerdo, cuando haya un escrito de acusación", indica Gasca. Además, señala que se plantea jugar la carta de la salud mental: "Estoy valorándolo por las circunstancias del caso, hay indicios de comportamientos extraños". "Creo que algún tipo de alteración tiene que tener", concluye el letrado. No es el primer caso en la provincia: su antecesor fue condenado a prisión El caso de Rubén I.V. no es único. La semana pasada Santiago B.L., de 33 años, fue condenado a seis meses de prisión y a pagar una multa de 1.080 euros por intentar darse de alta en el Colegio de Enfermería de Ourense con documentación falsa, ya que nunca obtuvo el título oficial. Ambos eran de la provincia y se hacían pasar por enfermeros, sin embargo, el caso de Santiago B.L. ya hay sentencia (que podría ser recurrida). El propio acusado reconoció en la vista del pasado jueves que había falsificado un certificado de pago de los derechos de expedición de títulos universitarios en los que hacía constar que había estudiado Enfermería. Él mismo simuló la firma de la directora de la escuela y el sello. Más tarde, tras ser advertido por la administrativa de que no figuraba en el registro nacional de títulos, elaboró otro y simuló los sellos, firmas y hasta las marcas de agua. Pese a que la defensa invocó la eximente completa de anomalía psíquica,algo que podría pasar en el caso del nuevo falso enfermero, la jueza lo rechazó porque esta no afectaría a su capacidad para entender la gravedad del hecho.n