NATURALEZA

La fauna local, amenazada 
por los desbroces en los ríos

La eliminación de matorrales y arbustos perjudica la cría de algunas especies de aves o reptiles

Hablar de un Concello urbano como el de Ourense supone plantearse la hipótesis inicial de que cuenta con una escasa riqueza en lo que a fauna salvaje se refiere. No obstante, el hecho de ser el punto de confluencia de varios ríos de caudales variados es uno de los principales factores de que en el municipio de la capital se puedan encontrar especies no habituales en la inmensa mayoría de ciudades gallegas y españolas.

Precisamente, el Aula da Natureza de Oira está inmersa en un programa de visitas guiadas -las próximas se celebrarán los días 10 y 24 de este mes- por distintos entornos del Concello a fin de dar a conocer las especies de reptiles y anfibios presentes en Ourense. El naturalista Alberto Rivero, guía de estos recorridos, destaca la variedad faunística presente en la ciudad y su entorno periurbano.

"Una clara influencia mediterránea, la ausencia o presencia leve de contaminación o la vegetación autóctona son, básicamente, los principales factores que favorecen la riqueza de especies animales en Ourense", explica Alberto Rivero, que señala que algunos de estos entornos se encuentran en su mayoría en el perímetro de la ciudad, como Cudeiro, Vilar de Astrés, Valdorregueiro, Oira, el cauce del río Loña o el entorno del río Barbantiño.

No obstante, la acción humana está generando graves problemas de supervivencia a algunas especies, creándose la paradoja de que muchas de las acciones de limpieza y desbroce de orillas de ríos como el Loña o el Barbaña conllevan la desaparición de animales como el galápago europeo, que habita mayoritariamente en los troncos de árboles caídos en los cauces de los ríos y que son retirados ante el riesgo de crecidas, o el carricero común, un pájaro que se suele encontrar en los matorrales próximos a los márgenes fluviales que dificultan el tránsito de personas por estas zonas.

Rivero reivindica que "las orillas de los ríos no son jardines" y sostiene que la constante limpieza de elementos naturales de las orillas "está teniendo un efecto contrario", ya que hace "más sensibles a las riadas" a los cauces y que las inundaciones "sean más frecuentes cuanto más se limpia". "Deberían acondicionarse zonas puntuales, pero distinguiendo cuáles son entorno natural y cuál es urbano", defiende.

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