La ficción y la realidad se tropiezan en la Rúa da Paz

Parte del equipo técnico de “Amigos hasta la muerte”, en la Rúa da Paz.
photo_camera Parte del equipo técnico de “Amigos hasta la muerte”, en la Rúa da Paz.
Comerciantes se quejan de pérdidas y falta de información sobre un rodaje

“Su sueño es el cine, pero el nuestro es que nuestras tiendas funcionen”. Así mostraba su malestar Conchi Pérez, propietaria de Chocolate, uno de los comercios de la Rúa da Paz de Ourense afectados por el rodaje de la película “Amigos hasta la muerte”, dirigida por Javier Veiga, y que ayer abandonó esta localización, para trasladarse al Campus. Falta de información sobre el corte de la calle tanto para peatones como mercancías, pérdidas en las ventas y total abandono por parte del Concello son las tres quejas que exponen los comerciantes.

Aunque los productores de esta comedia, Mediolimón, Undodez y Onírica Films, enviaron una nota a las tiendas en la que les informaban que cortarían la calle entre el 1 y  5 de agosto de once de la mañana a ocho de la tarde, los tenderos aseguran que les bloquearon sus comercios durante siete días y que esta semana no les informaron de los cortes. 

El más perjudicado es el panadero Óscar Freijedo, de O Freise Delicatesen, que está justo enfrente de La Zapatería del Abuelo, donde se centra el rodaje. “Llevo ocho días perdiendo dinero. Fui a poner una queja al Ayuntamiento y me contestaron: Para hacer tortillas hay que romper huevos. El problema es que yo pongo la cesta y no voy ni a probar la tortilla”, asegura este emprendedor, que ha tenido que reducir la producción porque no dejaban pasar a sus clientes.

“Solo hicimos una venta”

Rosa María Costa, dueña de la tienda Azahara, señala que “ruedan una peli, pero nos bloquean las tiendas. No sé si voy a denunciar; lo haré si lo hacen el resto”.  José Manuel Iglesias, dueño del bar Orellas, dice que les avisaron del corte al tráfico, pero no a los peatones. “Incluso nos mandaron bajar la música y sacar los barriles de la entrada”, se lamenta.  Sara Lozano, dependienta de Sloane Square, afirma que el lunes solo hicieron una venta. “Si nos hubieran avisado, habríamos cerrado y no perdíamos el tiempo”, explica. 

En la Camisería Carvajal, su propietario Fernando Carvajal, también reconoce pérdidas. “No nos oponemos al rodaje, pero lo normal es que avisaran de los cortes y esta semana no lo han hecho”, advierte. Un bajón en ventas como el sufrido en World Zapas, donde su dependienta, Luz Soto, afirma que “solo dejaban pasar a gente por momentos y los clientes se iban”. Lorena Rodríguez, del Granero de Amelia, se pregunta quién los va a indemnizar por sus pérdidas y añade: “¿Y el señor alcalde no es capaz de venir y preguntar a los comerciantes qué está pasando”.

El director de Producción del fime, Javier López, reconoció que el rodaje es perturbador y agradeció la colaboración de los afectados. Desde la Diputación de Ourense, que patrocina el largometraje, aseguraron que  “supone un beneficio por la imagen que proyecta de la ciudad y la calle”.

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