El contexto económico eleva las transacciones, impulsadas por el incremento del precio de este metal precioso, que hace un año oscilaba entre 6 y 8 euros por gramo y actualmente está a 15

La 'fiebre del oro'multiplica los negocios de compra-venta

Establecimiento de compra de oro. (Foto: Miguel Angel)
La crisis, por un lado, y el incremento del precio del oro, por otro, han disparado los negocios de compra de este metal precioso, en toda España. En la ciudad, hasta hace poco más de un año había un solo establecimiento dedicado a este negocio, pero hoy son ocho, ya sean dedicados exclusivamente o joyerías que se dedican más a compra que a venta, cuando antes casi no lo hacían.
Los encargados de estos negocios explican que, si bien sí influye el contexto económico, el precio del oro -determinado por el mercado internacional de este metal- también repercute notablemente en el dinamismo del sector. Hace un año, el gramo se adquiría en estos establecimientos a importes de entre 6 y 8 euros, pero en la actualidad ha subido hasta los 15 euros, y hace dos meses llegaba incluso a 17. Consideran, asimismo, que seguirá subiendo, ya que -salvo que se descubran nuevos yacimientos- se estima que en un plazo de entre 15 y 20 años podrían agotarse las reservas mundiales. 'Al volverse más escaso, repercute en su valor de mercado', explica Bruno M., encargado de la tienda Goldouro.


CLIENTELA

El perfil del cliente que acude a estos establecimientos muestra un claro predominio de mujeres, aunque de todas las edades. Los encargados de las tiendas explican que 'hay mucha gente que viene por necesidad -la gran mayoría-, pero otra que no', indica, exponiendo que también hay casos de personas que acuden a vender unas piezas que ya no quiere o no le gustan para poder comprarse otras. Otra situación frecuente es la de herencias, cuando los herederos deciden vender las piezas que tienen y se reparten el dinero. Asimismo, a lo largo del año hay épocas en las que crecen las ventas de oro a estos establecimientos, como suele ser septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar, o en navidades, con clientes que recurren a esta opción para poder disponer de algo más de efectivo para los gastos propios de esa época. En las tiendas explican que algunos clientes se quejan de que el precio al que se compra el oro es inferior al que luego existe en las ventas en joyerías, y aclaran que ellos sólo abonan el metal, no el trabajo de las joyas o su diseño.


PROCEDIMIENTO

El procedimiento que se sigue en los establecimientos para garantizar que realmente es oro consiste en analizarlas con un kit de ácidos y la llamada piedra de toque. Lo habitual es que el oro sea de 18 quilates, por lo que se aplica el ácido correspondiente a esa graduación y se frota la pieza sobre la piedra. Si se queda la marca sí es de 18 quilates, pero en caso contrario, se prueba con los ácidos de graduaciones más bajas hasta dar con el adecuado. 'Si ninguno resulta, se debe a que la pieza, aunque parezca verdadera, no lo es', explican en la tienda Goldouro. Es posible que el oro tenga mayor graduación (de 20, 22 o 24 kilates), pero normalmente son piezas no trabajadas o monedas. En caso de duda, se envía al laboratorio (realizando un preacuerdo) y después el cliente decide si está de acuerdo con la tasación o si se queda con la pieza. En caso de acuerdo de transacción, el cliente se lleva el dinero en el momento.

Las piezas adquiridas son remitidas por los establecimientos a compañías que se dedican a su fundición y limpieza de impurezas, para luego convertir en lingotes. El destino posterior es la elaboración de nuevas piezas o incluso la venta a bancos, que lo compran como reservas.

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