O Carrabouxo abrió el carnaval de la ciudad, invitando a a disfrutar bajo las órdenes del ’meco’

La fiesta comienza con paraguas

Xosé Lois González observa la placa conmmorativa de su pregón.
La lluvia, y quizás también el mitin de Zapatero, redujeron la asistencia al inicio del Entroido en la ciudad pero no impidieron que las comitivas de Paquita y Nicanor o de Frei Canedo recorriesen las calles -eso sí, empapados- hasta el lugar del pregón, que corrió a cargo de O Carrabouxo. Xosé Lois González invitó a todos a reírse de la política y atender al ’meco’.
Paquita y Nicanor, las pitas de Eiroás y los cofrades de Frei Canedo resistieron la intensa lluvia caída en la tarde en la ciudad y, acompañados de una comitiva de entusiastas del Entroido, llegaron al Parque de San Lázaro justo a tiempo de que Xosé Lois González, O Carrabouxo, iniciase la lectura del pregón de la fiesta de este año. Lo hicieron empapados, como también lo estaban los que esperaban el inicio oficial del Entroido, algo más de cien personas -la lluvia y el mitin de Zapatero restaron afluencia de público- y que después acudieron, prestos, a la cena de comienzo de fiesta bajo una carpa de la Alameda.

En el parque de San Lázaro, la estatua del emblemático O Carrabouxo, con micrófono incorporado, ’leía’ el pregón que le ’soplaba’ desde el escenario el autor de la inolvidable viñeta de La Región, Xosé Lois González, que instó a los ourensanos a reírse por unos días de los políticos y la cosa pública y a hacer caso únicamente al ’meco’, el verdadero rey de la fiesta hasta el próximo miércoles.

Una Isabel Pérez, disfrazada de época, y una ’auténtica’ duquesa de Alba ejercieron de anfitrionas, la segunda perfectamente caracterizada que hasta descubrió una placa y se mostró desolada por la desaparación del programa ’Aquí hay tomate’.

Tras la lectura del pregón, pasado por agua aunque algo menos que una hora antes, los asistentes partieron para la carpa de la Alameda donde se desarrolló una concurrida cena de bienvenida al Entroido, con la presencia de políticos de todos los colores.

Los ourensanos y los visitantes mirarán hoy al cielo para tomar precauciones antes de salir a disfrutar de charangas y verbenas y de las pasarelas de disfraces del casco histórico, que ya comenzaron, menguadas por el mal tiempo, en la medianoche de ayer.

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