Durante el 2017 se vendieron 66.862 metros cuadrados, más que la suma de las adquisiciones hechas en 2015 y 2016
A medida que la recuperación de la actividad económica comienza a ser más evidente, también lo es la demanda de suelo empresarial, por lo tanto de inversión privada. "Nestes momentos no polígono de Barreiros casi non hai naves para comprar ou para alugar porque están ocupadas". "Llevábamos años sin construcción o ampliación de naves y ahora se están viendo obras". La primera afirmación es de Alejandro Cruz, presidente de la asociación de empresarios de la zona comercial Barreiros y la segunda, de Eduardo Cid, presidente del mismo colectivo, pero de Pereiro de Aguiar.
Sus declaraciones se abonan a la tesis de que los polígonos se desperezan del duro letargo de la crisis y los datos refrendan esa teoría. Según la Consellería de Infraestructuras e Vivenda, durante el año 2017 se vendieron en la provincia 66.862 metros cuadrados de suelo empresarial, frente a los 19.659 comercializados en el 2016 y los 36.659 del ejercicio anterior. Es decir, el suelo vendido en el 2017 superó la suma de los dos años anteriores y supone en las tres anualidades la adquisición de 123.180 metros cuadrados.
Las compras se concentraron en los parques de O Barco de Valdeorras, O Carballiño, Ribadavia, Pereiro de Aguiar, Vilamarín, Xinzo de Limia y la Central de Tranportes de San Cibrao das Viñas. "La mayor parte de las empresas tiene ahora más actividad y ya no están pensando en despedir a trabajadores, sino a contratar a algunos", opina Eduardo Cid, a la hora de describir el nuevo escenario de Pereiro de Aguiar. Este parque, promovido por Xestur, ha ido ampliando su superficie para dar respuesta a la demanda empresarial. Sin embargo, tanto en este como en el resto de polígonos promovidos por la Xunta han sido determinantes los descuentos aplicados a la compra, que han llegado hasta al 50%. Las bonificaciones por este concepto entre el 2015 y el 2017 han sumado cuatro millones de euros: 1,2 millones en el 2015, 638.199 euros en el 2016 y 2,1 millones en el 2017.
Ejemplos
Como prueba de que la actividad empresarial crece, en la zona comercial de Barreiros se están realizando algunos cambios. El concesionario de vehículos Nissan prevé abrir ahí sus instalaciones, dejando las de O Pino. Pasará a ocupar las antiguas dependencias de Talleres Craf, de Mapfre y unas instalaciones que eran propiedad de Aníbal Blanco. Con esta operación este polígono acrecienta su especialización en la comercialización de automóviles así como la venta de piezas y recambios para la automoción.
La construcción de naves regresa al parque de A Raña
El suelo empresarial comienza a moverse en Valdeorras. La maquinaria de construcción ya puede verse en el parque industrial de A Raña, donde pronto abrirán nuevas empresas de piedra, hormigón y cubiertas, interesándose por sus parcelas otra de estructuras de madera. Allí, comenzó a trabajar una empresa dedicada a las nuevas tecnologías de la logística del transporte y también se habla de ampliación de industrias y reapertura de naves. Rubiá podría incorporar próximamente alguna empresa nueva a su parque, en tanto que en A Rúa, la actividad de las empresas aumenta a un ritmo frenético.
Miles de metros disponibles sin venta en Verín
Los dos polígonos industriales de la comarca de Monterrei, por contra, han sido los únicos que han invertido la tendencia en el resto de territorios de la provincia. Uno de ellos, el de Pazos, mantiene prácticamente intactos los metros disponibles de la tercera de sus ampliaciones. Para mayor abundamiento, algunas de las principales industrias que ocupaban gran parte de su superficie han cerrado sus puertas, como lo era la de transformación de vidrio, una importante maderera y fábrica de puertas que mantiene una actividad residual o una distribuidora de alimentación. Solo Gas Natural Fenosa ocupó parte de sus terrenos, tras el traslado de la subestación que durante décadas presidía la avenida de Portugal.
El de Tamagos, el macroproyecto del bipartito de la Xunta con socialistas y nacionalistas, mantiene su status inicial. Ha sido el consistorio de Gerardo Seoane el que ha promovido, recientemente, su urbanización, al menos parcial. Un convenio pendiente de suscribirse con el departamente autonómico permitirá poner un diez por ciento de su superficie en marcha, alrededor de 135.000 metros cuadrados, que pasarán a ser propiedad del Concello verinense.
