El Juzgado de lo Penal 1 aplazó ayer, por la incomparecencia de varios testigos clave, una vista oral que debía sentar en el banquillo a J.M.L., un joven de 27 años al que el fiscal acusa de hacerse con un ciclomotor robado -por terceras personas- con el fin intentar lucrarse con su venta.
El ministerio público, que atribuye al procesado la comisión de un delito de receptación por el que pide ocho meses de cárcel, considera que J.M.L. contactó con un grupo de personas que sustrajeron el ciclomotor, propiedad de J.M.B., en una calle de la ciudad en 2006. Fue así como, según el fiscal, se hizo con un vehículo valorado en 1.300 euros, a pesar de 'conocer la procedencia ilícita del mismo'.
Tras tener en su poder el ciclomotor se lo ofreció a la venta a un menor por 300 euros, accediendo éste a la compra, aunque se percató de que no tenía la documentación en regla y de que se había efectuado 'un puente' en su cableado.
Tras tener en su poder el ciclomotor se lo ofreció a la venta a un menor por 300 euros, accediendo éste a la compra, aunque se percató de que no tenía la documentación en regla y de que se había efectuado 'un puente' en su cableado.
