JUICIO OURENSE

Rebajan la petición de pena para uno de los 7 estudiantes

Las acusaciones tuvieron en cuenta la indemnización que ya satisfizo al policía al que lesionó 

La acusaciones, tanto la que ejerce la fiscal como los cuatro policías que resultaron lesionados en los altercados estudiantiles tras la manifestación celebrada el 11 de octubre de 2012, rebajaron de cuatro a dos años de prisión la petición para Ángel José Martínez, el único de los siete acusados que reconoció haber pegado a un agente. La fiscal modificó su escrito de calificación para introducir la atenuante de reparación del daño provocado, en tanto que consta en las actuaciones que ya indemnizó al policía al que golpeó con su mano en la cabeza (el lesionado sufrió una cervicalgia y agresión cefálica).

La fiscal mantuvo las peticiones de condena para el resto de inculpados: dos años por el delito de desórdenes públicos para Daniel Calles, José Manuel Álvarez, Pablo Gómez y Alexandre Fernández, y añadió a ese delito de desórdenes otro de atentado en concurso con lesiones -tres años de prisión- para Jon Sáez. Para Antón García reclamó un total de cuatro años y medio de cárcel.

Para la acusación pública, no cabe duda de que los desórdenes públicos consistieron en acciones a cargo de un grupo cuyo fin era alterar la paz social causando daños. "Los acusados se conocían y uno de ellos, Antón, llevó la voz cantante, cogió el megáfono y dijo 'adelante, a por el edificio", dijo.

La acometida al cordón policial, según explicó, "fue súbita, aunque los policías preveían que podía pasar". "Y resulta que los autores llevaban bufandas, gorros y hasta un casco de moto, aunque estábamos en un mes de octubre en el que no hacía frío", según agregó. Los consideró autores, a todos, de "incitar e insultar". Luego se refirió al delito de atentado y detalló, en el caso de Antón García, que golpeó a un policía con un mástil de bandera, al que considera "un instrumento peligroso". Además, mantuvo ese mismo delito para Jon Sáez.

La abogada de Antón argumentó que nadie explicó cómo era el mástil y que el tumulto se produjo "por la anticipación de la policía a la acción de los estudiantes". "Y hablamos de agentes que están acostumbrados a usar la violencia", indicó, por lo que consideró que las "contusiones, hematomas y golpes" descritos "no corresponden a una actividad muy violenta, como se quiere hacer ver".

Así, puso en duda la identificación de su defendido como el que portaba el megáfono y pidió la absolución, igual que los demás letrados para el resto de los acusados.

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