Desde el año 2007, Ourense acusa una tendencia en la que se advierte que son más las muertes que se producen como consecuencia de suicidios, que las que causan los accidentes de tráfico. El año pasado, mientras fallecieron 40 personas en accidentes viarios, murieron 45 por suicidio. La comparativa, por rangos de edad, muestra un comportamiento inverso, ya que si en los suicidios la mayor proporción de muertes se producen en personas mayores de 50 años, en los accidentes automovilísticos, es en las franjas de edad anteriores cuando se detectan más fallecimientos.
El Imelga alimenta desde hace varios años un análisis casuístico sobre los suicidios en la provincia, cuyos resultados comienzan a abrir vías tendentes a vislumbrar acciones en el campo de la prevención. El estudio abarca la investigación de las causas y los motivos desencadenantes, la intervención de terceros, los mecanismos de la muerte, la confirmación de su causa y de las circunstancias externas. El análisis implica la recogida de datos personales, familiares, demográficos, sociales y sobre todo, aspectos psíquicos que pueden intervenir en el evento final.
Desencadenantes
Ello permitió determinar que el año pasado (de las 45 muertes por suicidio) una parte de los factores desencadenantes estuvo en enfermedades somáticas leves. En concreto, el 15%. 'Hablamos de gente que se cree que tiene enfermedades graves, aún cuando no es así, o de personas mayores que se sienten una carga para la familia, o poco útiles tras llevar una vida muy activa', señala Julio Jiménez, delegado del Institu to de Medicina Legal gallego (Imelga) en Ourense.
Ante la posibilidad de incidir en la reducción de muertes, surge una ecuación fácil de exponer: en la prevención de muertes en accidentes de tráfico se han invertido destacadas partidas presupuestarias. El resultado ha sido la caída brusca de las muertes.
Los fallecimientos por suicidios hace 20 años que están estabilizadas, sin grandes programas de actuación. ¿Se podría probar? 'Tal vez se pudiese', sugiere Julio Jiménez.
Desencadenantes
Ello permitió determinar que el año pasado (de las 45 muertes por suicidio) una parte de los factores desencadenantes estuvo en enfermedades somáticas leves. En concreto, el 15%. 'Hablamos de gente que se cree que tiene enfermedades graves, aún cuando no es así, o de personas mayores que se sienten una carga para la familia, o poco útiles tras llevar una vida muy activa', señala Julio Jiménez, delegado del Institu to de Medicina Legal gallego (Imelga) en Ourense.
Ante la posibilidad de incidir en la reducción de muertes, surge una ecuación fácil de exponer: en la prevención de muertes en accidentes de tráfico se han invertido destacadas partidas presupuestarias. El resultado ha sido la caída brusca de las muertes.
Los fallecimientos por suicidios hace 20 años que están estabilizadas, sin grandes programas de actuación. ¿Se podría probar? 'Tal vez se pudiese', sugiere Julio Jiménez.
