En Ourense varias salas ofrecían actuaciones de estas artistas
Quién me mandará a mí meterme en estos berenjenales. Para empezar, os aclaro que en el título de hoy, como decía aquél, "nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con..." O lo que es lo mismo, no pienso abrir un debate nacional sobre si la gran vedette de comienzos del siglo XX era nacida en nuestra tierra o no.
Cierto es que en ocasiones da la impresión de que otros buscan dar paternidades irreales a fin de presumir de vecindad, o que intentan ocultar datos sensibles para presumir de tal o cual cosa (aquí se encuadraría la pesada obstinación en dejar en el olvido a Don José Pacheco al hablar de fotografía en Galicia, sin mencionar que él fue maestro de su hermano Jaime Pacheco, y de "un tal" Luis Ksado, entre otros).
Pero vayamos al tema vedettes. Contaban los tabloides de la época, que Consuelo Vello Cano más conocida por la Fornarina, era natural de Madrid, de padre ourensano y madre toledana. Además de contar todas las penurias que padeció hasta que triunfó en el mundo del espectáculo, donde llegó a ser una gran estrella.
Hasta aquí todo sería correcto, de no ser que ciertos periodistas de la época afirmaban que había nacido en Ourense, y eso unido a que en la biografía se cita al padre como nacido en nuestra provincia, pero en un pueblo, villa o aldea que no aparece en los papeles; parece ser que nació en Destri, ¿Dónde está eso? Permiten que alguno intente sembrar dudas sobre su procedencia. ¿Qué mas dará?
La biografía de Fornarina sería digna de una serie de esas que tan de moda están últimamente ("Bellvet, "Amar en tiempos revueltos", "El tiempo entre costuras", etc.), porque contiene todos los ingredientes, miseria, sexo, lujo, quiero pensar que amor, fallecimiento prematuro (31 años) y, cómo no, envidias (el deporte nacional). Digo esto porque los comentarios (infundados, a la vista del certificado de nacimiento) sobre el nacimiento de Consuelito en nuestra Auria proceden de los críticos de Barcelona, que en aquellos años 1914-15 competían ferozmente con los de Madrid en presumir de sus artistas, considerándolos como los mejores de España y parte del “mundo mundial”. En cuanto al tema Destri, que ciertamente no sé donde pueda estar, la explicación puede ser de muchos tipos, por ejemplo se me ocurre: Vilar de Astrés (¿seria muy complicado que el funcionario del juzgado interpretara Dastrés como Destri y el error se fuera arrastrando en el tiempo?).
Dicho lo anterior, no creo que se pueda afiliar a Fornarina a nuestra tierra.
No quita esto para que sí podamos presumir de artistas de las varietés. Dorita Saavedra nadie discute que era ourensana, aunque tuviera su residencia en A Coruña (más de uno en aquellos años aprovechaba ese dato para hacerla coruñesa, ¿qué manía no?), y comenzara su carrera en el teatro Jofre de Ferrol. Y de lo que también podemos presumir, y que rabien los envidiosos, es de que la gran diva de aquellos tiempos era gallega, de Valga, Pontevedra. Me refiero a La Bella Otero (sobre ella ya existe una película, pero que no se ciñe a la realidad sobre todo en sus comienzos y desagradable final).
Gallegas son también Rosita Labarrer, María Anxelá, Lolita García, Esmeraldita, Ramonita Iglesias, Manolita Fariñas y La Verty, pero de ellas hablaremos otro día.
Honestamente debo decir que hay un excelente trabajo del profesor Javier Barreiro sobre el tema "La Fornarina y el origen de la canción en España”, en el que cita la partida de nacimiento de Consuelo, que según parece reza así: Nacida el 27 de mayo de 1884 en un entresuelo del número 12 de la calle de Areneros... (actual Marques de Urquijo).
En nuestra ciudad aún se recuerdan las actuaciones de La Bilbaína, pero realmente fueron varias las salas que ofrecían actuaciones de estas artistas. El Mercantil y el Moderno en el Paseo; el Unión el Iberia y el Victoria en la avenida de Pontevedra; Café Moderno en Progreso, etc. ¡Ah! pensándolo bien casi deberíamos citar la grandiosa Sala Auria…
