Autor del libro ‘Balnearios del Eixo Atlántico’

Francisco José Gil: ‘El termalismo puede dar mucha riqueza’

Francisco José Gil.
Fruto de un trabajo de campo que arrancó en el año 1992 en Arteixo, Francisco José Gil ha dado luz a su libro ‘Los balnearios del Eixo Atlántico’, presentado ayer.
Expourense acoge estos días el certamen Termatalia, el salón internacional del turismo termal. En ese contexto, Francisco José Gil presentó ayer su libro ‘Los balnearios del Eixo Atlántico’, pensado como una guía práctica para dar a conocer los balnearios que se ofrecen al visitante termal en la eurorregión Galicia y Norte de Portugal. La publicación, que su polifacético autor escribió para la editorial Nigratrea, sale a la calle en dos ediciones simultáneas, una en portugués para el país luso y otra en castellano para el mercado de este lado de la ‘raia’.

¿Cómo llega a ver la luz ‘Los balnearios del Eixo Atlántico’?

Empecé a trabajar en un libro sobre los balnearios de Galicia en el año 92, visitando tanto balnearios como fuentes termales. Por aquellos años no existían tantos como los que se pueden visitar hoy en día, de hecho activos había muy pocos. El de Mondariz, por ejemplo, estaba cerrado, el de Riocaldo no era más que una piscina al aire libre... El problema es que cuando prácticamente había finalizado (lo di por zanjado en el año 2003), la situación ya había cambiado notablemente dado que unos balnearios habían cerrado por el camino y otros habían abierto sus puertas. Fui dejando pasar el tiempo y al final opté por extender la recopilación a Galicia y el Norte de Portugal.

Fue una apuesta personal.

Sí. Fue un libro que le propuse yo a la editorial Nigratrea en base a un acuerdo con el Eixo Atlántico. La idea es hacer guías con un margen geográfico más amplio, ver la eurorregión como un destino global y no tener que usar una guía de Galicia y otra de Portugal.

Hoy existe ya una cierta cul tura termal, pero hace 16 años no era así. ¿Por qué lo hizo?

La idea surgió precisamente porque en aquel momento no había nada. Yo planteé el libro como un trabajo de campo. Hay quien aprovecha los fines de semana para salir a por setas o ir de pesca y yo me propuse ir de ruta por los balnearios. Se trataba de recorrer nuestro territorio en plan hobby aunque con la idea de hacer un libro.

¿Cómo se planteó las visita?

Tomé como base del trabajo la publicación de Taboada Leal ‘Hidrología médica de Galicia’, del año 1877. Se trataba de ver si todas esas fuentes y balnearios que él nombraba seguían existiendo a finales del siglo XX y fui descubriendo que algunas ya no existían, otras habían cambiado, pero también que otras se mantenían exactamente igual. Siguiendo el orden alfabético, empecé la ruta en el balneario de Arteixo y fue muy curioso porque me puse a hablar con el dueño y hacerle muchas preguntas sobre la instalación que acabó diciéndome que me veía más interesado en el balneario que él mismo, así que me dijo que me lo vendía. La cultura termal en aquellos años era muy diferente a la actual.

¿Después de conocer tantos balnearios, con cuál se queda?

El libro recoge un total de 39 balnearios, pero la verdad es que no sabría escoger uno. Cada uno tiene su encanto. Me gusta el del Xerés, en Portugal, el de Lobios, el de Baños de Molgas es pequeño y tiene su belleza, Ourense destaca por su gran variedad de aguas, en Chaves está el balneario con las aguas más calientes de toda Europa, a 73 grados... Cada uno es diferente y con un encanto propio.

¿Aún queda mucho por hacer en materia termal?

Sin duda. Todavía se pueden hacer muchas cosas. Además es un recurso que puede generar mucha riqueza. Desde esta perspectiva, creo que Verín y Monterrey tienen mucho futuro si se apuesta por ellos.


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