El Concello de Vilardevós cifra en 240 las hectáreas calcinadas mientras que Medio Rural habla de 167

‘Fue un incendio muy criminal’

El día siguiente del incendio que asoló una amplia zona del municipio de Vilardevós deja una población que se recupera del miedo al tiempo que toma conciencia de todo lo que las llamas se han llevado por delante. Según la Consellería de Medio Rural, el fuego calcinó 167 hectáreas. Según el Concello de Vilardevós, calcinó al menos 240. Al margen de cifras dispares, la envergadura del incendio hizo recordar la plaga de fuego que asoló al municipio en 2005, cuando ardió un 30% de su superficie.
Después del océano de fuego quedó el olor a ceniza, el esqueleto negro y doblado de la flora. Y el abatimiento de la población al contemplar el desastre. El entorno de las localidades de Osoño, Hospital y A Devesa, en el municipio de Vilardevós, amaneció ayer asolado tras un incendio que entre el mediodía del lunes y la madrugada del martes mantuvo en posición continuada de jaque a los servicios de extinción y a la población. De hecho, los distintos frentes del fuego, según Medio Rural, no estuvieron controlados hasta las 3,45 horas de la madrugada. En ese momento, sólo en ese momento, se consideró controlado el incendio. Samuel Juárez, conselleiro de Medio Rural, felicitó por ello a los servicios de extinción.

Ayer al mediodía ‘todavía pasaban las avionetas por encima del pueblo’, señaló María José Gallego, vecina de Osoño, ‘y vaciaban agua en las áreas quemadas’. Se trataba de sofocar rescoldos y evitar que se avivase el alma del monstruo. Esas maniobras impedían hablar del incendio en tiempo pasado. Su fantasma, 24 horas después, todavía estaba allí.

Sus huellas permanecerán más tiempo, porque afectó a la fotografía que decenas de hombres y mujeres enfrentan cada vez que salen de casa. Las llamas consumieron terreno comunal, propiedades particulares, y los colores del hábitat. ‘En nuestras fincas ardieron castaños, robles, eucaliptos, cerezos’, lamentaba María José Gallego. ‘Nos vimos rodeados por el fuego y vivimos momentos de mucho miedo’, reconoce otra vecina del pueblo. ‘Fue un incendio muy criminal’.

Su proximidad le arrebató el sueño a muchos habitantes. No parecía para mucho menos: al zarpazo de las llamas llegó a menos de 100 metros del núcleo de población. No fue preciso desalojar personas pero sí ‘des plazar vehículos y tractores’, dijo una vecina. Las cifras no dejan exagerar: fue el incendio más grave de Galicia en lo que va de verano. Su magnitud la sugiere incluso la política de comunicación de la Xunta, que emitió hasta tres comunicados distintos, cuando la pauta es no informar para no despertar alarma social. A menos, como en esta ocasión, que concurran circunstancias excepcionales. Concurrieron. En cada nota de prensa las cifras de superficie devorada iba in crescendo, como una partitura de Richard Strauss: primero 25 hectáreas, después 100, después 167. El balance hecho por el Concello no fue coincidente. ‘Nuestros cálculos, y el perfecto conocimiento del terreno, nos permiten hablar de 240 hectáreas quemadas. Y más bien creo que nos quedamos cortos’, señaló el alcalde de Vilardevós, José Luis Pérez.

La mano humana

En donde hay mayor coincidencia es en advertir, detrás de las llamas, la sombra de una mano humana. ‘Un fuego disparado en tantos frentes hace pensar en un incendio provocado, no nos cabe duda’, subraya el regidor. Fuentes de la Consellería de Medio Rural se limitaron a indicar que las fuerzas de seguridad ya están investigando las causas del fuego.

La resaca de la quema ha permitido rescatar imágenes del pasado, y preguntarse: ¿qué ocurre en Vilardevós? Durante la ola de incendios del verano de 2005 ardieron 4.925 hectáreas. En un concello con una superficie de 172 kilómetros cuadrados. Es decir, un 30% de Vilar devós fue devastado en pocos días. Aquel agosto la plaga barrió toda la comarca de Monterrei calcinando 12.000 hectáreas.

LA EXTINCIÓN

En la lucha contra el incendio participaron, desde el aire, cuatro hidroaviones, cinco helicópteros de extinción, dos de coordinación, dos aviones de carga en tierra y otra de reconocimiento.

Desde tierra, se emplearon cuatro palas, seis motobombas, 14 cuadrillas, siete agentes y cinco técnicos forestales.

Las altas temperaturas elevan el riesgo de más fuegos en Ourense

Protección Civil alertó ayer de que hoy el riesgo meteorológico de incendios forestales será elevado, señalando Ourense y Lugo como dos de las provincias españolas con alto riesgo. La previsión, según Meteogalicia es, no obstante, que la temperatura pueda descender un par de grados respecto a los 34 alcanzados ayer en la ciudad, y los 34,8 en Verín, lo que apenas será per cibido como un alivio respecto al calor de los últimos días. Nuevamente, las temperaturas medidas en las estaciones meteorológicas de la provincia volvieron a resultar las más altas de Galicia.

En el día de ayer, con medios del Ministerio de Medio Ambiente, se hizo frente a un incendio en Laza, a donde se trasladaron medios humanos así como dos helicópteros antiincendios.

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