El fuego destruye la capilla de Santa Ana: "Un atentado contra Dios”

photo_camera Los vecinos de Oímbra lamentan los destrozos que causó el fuego al calcinar el interior de la capilla de Santa Ana.  Del templo solo queda ya la fachada de piedra: bancos, altar e incluso la imagen de la santa fueron reducidos a cenizas.  Con la pérdida de la talla guardada de esta ermita, los fieles del municipio pierden un objeto de culto al que acuden en romería cada 26 de julio.

El obispo Leonardo Lemos carga contra los incendiarios tras la devastación de la capilla de Santa Ana (Oímbra), que será reconstruida al igual que la iglesia de O Barrio (Rubiá), arrasada por el fuego en julio

La diócesis de Ourense está dando los primeros pasos hacia la reconstrucción de la capilla de Santa Ana, en Oímbra, cuyo interior fue pasto de las llamas el pasado fin de semana. Por otro lado, en la diócesis de Astorga, la iglesia de la parroquia de O Barrio de Cascallá, en Rubiá, consumida por las llamas el pasado mes de julio, está siendo estudiada por los técnicos para valorar si el material que ha quedado en pie puede aprovecharse para su restauración.

Respecto a la ermita de Oímbra, la alcaldesa del municipio, Ana Villarino, aseguró el lunes que desde el Concello tienen el compromiso para reconstruir el templo dedicado a Santa Ana de parte de los conselleiros de Cultura y de Medio Rural, Román Rodríguez y José González, respectivamente.

Esta ermita ardió el pasado domingo, convirtiéndose en pasto de las llamas que se iniciaron en la carretera de As Chás y que terminaron por quemar hasta 70 hectáreas. De la capilla ya solo quedan los muros de piedra de la fachada; su interior fue reducido a cenizas, tanto el mobiliario como la imagen de la santa que albergaba. 

Ayer, con los alrededores de la capilla aún humeantes, algunos vecinos se acercaron a comprobar el estado del templo, centro de devoción para los creyentes, que realizan una romería hasta este punto cada 26 de julio para honrar a la talla de Santa Ana, ahora desaparecida. 

El obispo Leonardo Lemos Montanet aseguró ayer que “desde la diócesis ya están comenzando a trabajar en la labor de reconstrucción” de esta ermita calcinada. “La alcaldía de Oímbra también está implicada en este trabajo, y entre todas las instituciones lo vamos a sacar adelante”.

Aludiendo al párroco, Omar Bello, el prelado señaló que “está disgustado, porque hace días habían subido la imagen a la ermita y allí la dejaron, creyendo que no pasaría nada”.

Monseñor Lemos declaró que el equipo de la diócesis de Ourense ya está haciendo el trabajo de recabación de información y de documentación de la capilla, que evaluarán y remitirán a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Consellería de Cultura.

En lo que respecta a los templos y al patrimonio de la Iglesia, Lemos indicó que no hubo que lamentar más pérdidas en la diócesis de Ourense.

Con todo, el obispo quiso referirse a las pérdidas materiales y también a las del entorno natural: “Salvando las haciendas de los vecinos, gracias a Dios, no hubo que lamentar víctimas mortales en lo que respecta a personas porque es evidente que se ha perdido mucha fauna”.

Sobre el incendio de Oímbra, que la alcaldesa Villarino calificó de “intencionado”, el obispo sentenció: “Es un crimen: un atentado contra la naturaleza, un atentado contra Dios”.

Complicaciones en Rubiá

El pasado mes de julio, la iglesia de la Asunción de la parroquia de O Barrio de Cascallá, en Rubiá, sufrió una suerte semejante a la de la ermita de Oímbra: solo han quedado los muros en pie, con un interior totalmente devastado.

“Milagrosamente, se salvó la sacristía”, comentaba ayer Daniel Pérez, párroco de este templo de la diócesis de Astorga. Otro elemento sacro que se salvó fue la imagen de la virgen, que en el momento del incendio se encontraba en una capilla del lugar de O Castelo.

Pérez asegura que ya se presentó en el ayuntamiento como damnificado por las llamas y que tanto él como los parroquianos están realizando los trámites para devolver la iglesia a su estado original.

Pérez insistió que, desgraciadamente, la recuperación del templo no será sencilla: “Las circunstancias son diferentes a la de la ermita de Oímbra, esta es una iglesia parroquial, más grande, por lo que su reconstrucción será más difícil”.

Antes de ponerse manos a la obra, se deben dar unos pasos previos para conocer el alcance de los daños: “Primero necesitamos hacer una valoración de los técnicos para comprobar si las paredes actuales valen en la reconstrucción; los arquitectos todavía están estudiando la estructura”.

El párroco indicó que “dentro de los  muros el calor ejerció mucha presión”, por lo que tienen que asegurarse de que puedan servir para reutilizarse en el futuro.

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