Un nuevo incendio forestal ralentizó la circulación ayer en la carretera N-525 y la autovía A-52, a su paso por A Gudiña. Las llamas se declararon en el mismo lugar, entre las localidades de Pentes y San Lorenzo, en el que 24 horas antes había sido apagado otro fuego.
El fuego de ayer, al igual que el del pasado lunes, se inició pasadas las tres de la tarde provocando una densa humareda, que obligó a la Guardia Civil de Tráfico a tomar posiciones en ambos viales y pedir a los conductores que circularan con precaución ante la escasa visibilidad a lo largo de más de dos kilómetros.
Al lugar se desplazaron 11 brigadas, cuatro motobombas, tres aviones y dos helicópteros, que daban por controlado el incendio poco antes de las ocho de la tarde. La Guardia Civil inspeccionó el terreno ardido con el objetivo de esclarecer las causas del fuego. No descartan que quedara algún tronco ardiendo en la tarde del lunes y se reactivaran los rescoldos.
Este no fue el único incendio que condicionó ayer la circulación en la vía de alta capacidad. Los efectivos de extinción de Medio Rural, Tráfico y Bomberos apagaron otro en Trasmiras. En este caso, el fuego se propagó al monte -provocó una densa humareda- tras incendiarse un vehículo cuando circulaba en sentido Benavente. El incendio obligó a cortar puntualmente los dos carriles.ç
Las altas temperaturas (38 grados centígrados ayer en la ciudad) están facilitando la proliferación de incendios en los montes de la provincia. Los brigadistas y medios aéreos de Medio Rural apagaron en la tarde de ayer incendios en Manzaneda, Padrenda y A Xironda (Cualedro). Este último se originó en la misma frontera con las aldeas portuguesas de Vilar de Perdices y Santo André. Ningún de los tres fuegos superó las 20 hectáreas, según Medio Rural.
Las altas temperaturas continuarán en los próximos días. Las tormentas descargaron ayer 9,2 litros de agua por metro cuadrado en Rubiá y 2,6 en la comarca de Celanova. Se registraron 114 rayos en la comunidad autónoma.
