Tres alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria 12 de Octubre de la ciudad (una niña de 13 años y dos niños de 15) mantuvieron en vilo durante más de 30 horas a las policías nacional, autonómica y local, así como a la Guardia Civil, que controlaron estaciones de tren y autobuses, paradas de taxi y carreteras con el objetivo de localizarlos y llevarlos a sus casas.
Dos de los menores (la niña y uno de los niños) ya estaban en la noche de ayer con sus padres en sus respectivos domicilios. El tercero estaba localizado, pero la Policía Nacional no lo llevó a su casa, según explicaron en la Comisaría, al no haber presentado sus padres ninguna denuncia.
El dispositivo se estableció pasadas las ocho de la mañana del jueves, después de que desde el propio centro educativo alertasen a los padres de los tres jóvenes de que éstos no habían acudido a clase.
Los profesores tienen por norma avisar a los progenitores cada vez que falta un alumno, según explicaron en el colegio, para reflejar las incidencias en su ficha escolar; pero en esta ocasión no había explicación aparente, las tres llamadas recibieron como contestación que los escolares habían salido de casa para ir clase. 'Lo primero que hice fue denunciar la desaparición. Menudo susto me llevé cuando me dijeron que no estaba en clase', apuntó la madre de uno de los menores, Izaskun Pérez.
Los agentes acudieron de inmediato al colegio, situado en la avenida de Santiago, donde recogieron una segunda denuncia, la del padre de otro alumno, al tiempo que activaban el protocolo de protección de menores, en el que están implicadas todas las fuerzas de seguridad y la Fiscalía de Menores.
UNA MADRE: 'PIENSAS EN TODO'
Los agentes, tras sondear entre los alumnos y profesores, rastrearon los alrededores del centro educativo e inspeccionaron todos los lugares y viviendas de familiares que los niños suelen frecuentar, pero las pesquisas no dieron fruto inicialmente. 'Al llegar la noche y ver que no regresan a casa, piensas en todo', decía Izaskun Pérez.
La Policía Nacional 'peinó' durante toda la noche la ciudad, hallando sobre el mediodía del viernes a la menor en la vivienda de una amiga en el barrio de A Ponte. Una hora más tarde, localizaban a sus dos compañeros.
El dispositivo se estableció pasadas las ocho de la mañana del jueves, después de que desde el propio centro educativo alertasen a los padres de los tres jóvenes de que éstos no habían acudido a clase.
Los profesores tienen por norma avisar a los progenitores cada vez que falta un alumno, según explicaron en el colegio, para reflejar las incidencias en su ficha escolar; pero en esta ocasión no había explicación aparente, las tres llamadas recibieron como contestación que los escolares habían salido de casa para ir clase. 'Lo primero que hice fue denunciar la desaparición. Menudo susto me llevé cuando me dijeron que no estaba en clase', apuntó la madre de uno de los menores, Izaskun Pérez.
Los agentes acudieron de inmediato al colegio, situado en la avenida de Santiago, donde recogieron una segunda denuncia, la del padre de otro alumno, al tiempo que activaban el protocolo de protección de menores, en el que están implicadas todas las fuerzas de seguridad y la Fiscalía de Menores.
UNA MADRE: 'PIENSAS EN TODO'
Los agentes, tras sondear entre los alumnos y profesores, rastrearon los alrededores del centro educativo e inspeccionaron todos los lugares y viviendas de familiares que los niños suelen frecuentar, pero las pesquisas no dieron fruto inicialmente. 'Al llegar la noche y ver que no regresan a casa, piensas en todo', decía Izaskun Pérez.
La Policía Nacional 'peinó' durante toda la noche la ciudad, hallando sobre el mediodía del viernes a la menor en la vivienda de una amiga en el barrio de A Ponte. Una hora más tarde, localizaban a sus dos compañeros.
