Las farmacias de la provincia viven desde hace semanas jornadas de intensa actividad debido al coronavirus. Si bien muchas ya han colgado carteles para advertir de que no tienen gel desinfectante ni mascarillas, la afluencia de público no cesa estos días. En algunos casos, optan por atender a los clientes a través de una ventanilla, pero la gran mayoría continúa con el establecimiento abierto con normalidad, aunque con más medidas de protección para evitar contagios. Carteles, marcas en el suelo y cintas adhesivas ayudan al público a guardar la distancia de seguridad o no tocar el mostrador.
"La gente empieza a hacer caso ahora de las medidas, porque el viernes y el sábado casi nadie lo respetaba. Hubo hasta a quien le sentó mal que le dijese que no podía apoyarse en la mesa por prevención", explica Amparo López, de la Farmacia Martín Cid, en Paseo. Los trabajadores atienden al público con mascarilla y guantes, además de un jabón desinfectante que permite al cliente limpiarse las manos correctamente antes de entregar el dinero. "Si pagan con tarjeta y tienen que poner el pin también limpiamos, primero antes de que lo pongan y después de ponerlo", apunta López. En la farmacia, una silla separa al público del mostrador, y las marcas en el suelo advierten de la necesidad de separarse de los demás. "La verdad es que hoy (por ayer) los clientes están respetando las medidas, al entrar se quedan al fondo, esperan a que les digas que se pueden mover... Se nota que a ellos también les preocupa", asegura. "A xente agora parece que empeza a concienciarse porque ten medo de contaxiarse", apuntan desde la Farmacia Olga Nieto Coello, en Cardenal Quevedo, donde los empleados también atienden a numerosos clientes vía telefónica.
El público acude estos días a comprar sus medicamentos habituales, pero no faltan los que se apuntan en listas de espera de mascarillas y geles, o los que compran paracetamol por si contraen la enfermedad. "Son días de mucha actividad, pero bueno, la semana pasada era mucho peor, había muchísima gente, no paramos. Hoy (por ayer) parece que se calma la cosa, que la gente está haciendo más caso a la recomendación de quedarse en casa y que se dan cuenta de que seguiremos abiertos durante este tiempo", apunta López. Los mayores son, según lo que ella aprecia en la farmacia, los que "menos concienciados" están sobre la situación. "Da la sensación de que no se dan cuenta de lo verdaderamente importante es quedarse en casa para su salud, pero bueno, supongo que poco a poco irán concienciándose", apunta López. En algún caso, son los propios farmacéuticos los que se lo recuerdan: "Non veñas preguntar por mascarillas, queda na casa que é o mellor para non contaxiarse".
CIERTA NORMALIDAD
"Como estamos abiertos, esto te ayuda a ti a mantener un poco la normalidad y la rutina, ayuda mucho", asegura. "Nosotras llevamos las mascarillas, que son un poco incómodas y dan mucho calor, pero hay que adaptarse", apunta Emma Martín Cid, su compañera. "Yo estuve por pintarme unos bigotes para llevarlo con más humor, y oye, aún lo haré. Lo más importante es no perder las ganas de reír", bromea López.
