El Gobierno de España busca ampliar su red de reservas hidrológicas, como parte del proceso de revisión de los Planes Hidrológicos para el periodo 2022-2027. Para ello propone la declaración de 26 nuevas reservas naturales fluviales, de las que dos se encuentran en la provincia, como informa el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. El objetivo de estas reservas es “preservar aquellos tramos de ríos con escasa o nula intervención humana y en muy buen estado ecológico”.
La más grande de las zonas propuestas en la provincia se encuentra en las inmediaciones del Río Xares, y además de este incluye a los afluentes Canda, Valdecabos y Maluro. De aprobarse, la reserva abarcaría un total de 33,62 kilómetros, y el Ejecutivo afirma que su interés se debe a que “muestra una importante representatividad y mantiene un estado con presiones antrópicas poco significativas, que conforma un paisaje fluvial de gran belleza y singularidad hidrogeomorfológica”. La zona forma parte además de la Red Natura 2000.
La segunda de las zonas de interés es la del Río San Xil, con una distancia total de 5,45 kilómetros. De este, el Ministerio destaca que “tiene un alto grado de naturalidad, en gran parte a su aislamiento y la dificultad de acceso al río y conforma un paisaje fluvial de gran belleza y de singularidad hidrogeomorfológica que le hacen merecedor de ser declarado como reserva natural fluvial”, a pesar de que en esta zona detectaron “fuentes de contaminación difusa”.
Las propuestas fueron realizadas por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, que las trasladó al Gobierno para que, junto a las otras proposiciones nacionales elaboradas por sus respectivas confederaciones, fueran sometidas a un periodo de consulta pública de un mes, que finalizó el pasado 26 de mayo. Ahora solo falta que el Consejo de Ministros apruebe la creación de las nuevas reservas.
Otras cuatro
En la actualidad, la provincia cuenta ya con cuatro reservas naturales fluviales, ubicadas en las inmediaciones de los ríos Troncoso, Navea, Castro Laboreiro y Rego da Ribeira Grande, por lo que, de concretarse las nuevas propuestas, Ourense tendría seis zonas protegidas con esta distinción. Estos ámbitos se circunscriben estrictamente a los bienes de dominio público hidráulico.
El régimen de protección de las reservas hidrológicas, que además de las zonas fluviales incluye lacustres y subterráneas, establece, entre otras medidas, que “no se otorgarán nuevas concesiones ni se autorizarán actividades o declaraciones responsables sobre el dominio público hidráulico que pongan en riesgo el mantenimiento del estado de naturalidad y las características hidromorfológicas”, con excepciones para el abastecimiento urbano cuando no existan otras alternativas viables de suministro.
En aquellos casos en que, por una intervención humana, se produzca el deterioro de alguna reserva natural fluvial, será obligación de la Confederación Hidrográfica adoptar las medidas precisas para impedir un mayor daño y posibilitar la recuperación de las características iniciales.
Asimismo, las reservas declaradas deberán ser respetadas por los instrumentos de ordenación urbanística.
