en la ciudad

Un grupo de okupas amenaza el entorno del colegio de Eiroás

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photo_camera Entrada a la vivienda, llena de maleza y con la puerta abierta para el paso de personas.

Los vecinos alertan del peligro de incendio por las hogueras que realizan en una casa abandonada

Maleza, desperdicios, humo y elementos nocivos de todo tipo proliferan en los alrededores de un colegio en el barrio de Eiroás. Los vecinos alertan del peligro y las escasas condiciones de salubridad pública en una parcela contigua al colegio Virxe de Covadonga situado en el barrio, que es utilizada como refugio por parte de un grupo de personas. El abandono en la zona es total, y la situación podría agravarse una vez que se concluyan las obras de un edificio contiguo y lleguen más inquilinos a la zona.

Desde la Asociación de Veciños As Eiroás critican el "abandono total" de la parcela, que se sitúa en la confluencia de las rúas Gumersindo Buxán y Trascolexio. La zona es pasto de la maleza y en ella se ubica una vivienda totalmente abandonada con las puertas abiertas, que sirve de refugio para "persoas con adicción ás drogas", según el colectivo vecinal, que indica cómo realizan hogueras con asiduidad en un entorno dominado por la maleza.

La asociación solicitó el pasado miércoles al Concello que acometa una limpieza de urgencia "pola perigosidade que pode acarrear, ademais da insalubridade que supón estar nesas condicións". El conflicto podría tener "fatais consecuencias", dicen los vecinos, ante el peligro de que el fuego de los "okupas" acabe propagándose a viviendas colindante o incluso el centro escolar.

En la jefatura de estudios del centro confirman que la vivienda colindante sirve como refugio de algunas personas, aunque ponen de manifiesto que "nunca se teñen metido con ninguén, realmente nin os vemos pasar". El problema llega con las hogueras que realizan para entrar en calor. "Temos dado aviso ao Concello xa nalgunha ocasión para advertir da situación debido a que o fume tense notado algunha vez dentro das aulas", explican .

Conatos de incendio

Los vecinos descubrieron la presencia de "okupas" hace alrededor de año y medio. "Foi no verán, cando houbo ata dous conatos de incendio", relata Lois Pardo, de AA.VV. As Eiroás. Este colectivo no pone su punto de mira en lo que hagan los "okupas", ya que destaca que "non temos constancia de que se metesen con ninguén", pero califican como "moi grave" que se permita la existencia de un solar pasto de la maleza alrededor de un colegio, con el agravante de que se realicen hogueras de forma habitual, tal y como señalan vecinos y la comunidad escolar colindante. "Xa é o cuarto escrito que remitimos ante esta situación", añade Pardo.

Las silvas cubren la totalidad del tejado de la vivienda, y en ellas se almacena todo tipo de desperdicios, incluido un sillón carcomido por los cuatro costados, botellas vacías, cristales varios...

En la asociación vecinal van más allá e incluso señalan que se han observado "xeringas usadas no patio do colexio", algo que achacan a que la separación entre el centro escolar y dicha casa "okupada" es solamente una verja. En la jefatura de estudios del centro no tienen constancia de la aparición de jeringuillas y la Consellería de Educación asegura que no ha habido quejas en este sentido.

Este periódico revisó ayer los alrededores de dicha vivienda y el área colindante sin encontrar indicios claros del consumo de drogas. Lo que sí se pudo comprobar es la presencia de al menos una persona en el interior de la casa a primera hora de la mañana.

Robos e insalubridad

Una vecina de la rúa Trascolexio comentaba la situación. "No verán xa houbo un incendio e foron os que están nesa casa. A nós xa nos roubaron unha desbrozadora, é un sinvivir", relata. "Cando me roubaron non denunciei, e iso que eu sabía ben quen era e que está metido nesa casa, pero era só unha desbrozadora...", puntualiza la vecina, quien también indica la presencia de ratas. "Cando marchan os nenos do colexio, que quedan restos de comida, aparecen as ratas a comer, hai moitas", lamenta.

Además, los vecinos apuntan a al menos otras dos casas abandonados y utilizadas para el consumo de estupefacientes, ya en el barrio de Covadonga.

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