Los agentes acaban de instar a la fuerzas de seguridad lusas a ejercer más control sobre los traficantes

La Guardia Civil detecta un aumento del contrabando de armas de fuego en la ‘raia’

Un agente muestra el armamento intervenido durante la operación ‘Espingarda’. (Foto: Archivo)
El contrabando de armas en la ‘raia’ vuelve a estar en auge y encendió la alarma en la Guardia Civil, que acaba de instar a la GNR portuguesa a ejercer un mayor control sobre los contrabandistas y los ciudadanos que tienen armas de forma ilegal en sus casas. Los agentes estiman que el negocio movió en el último año alrededor de 600.000 euros en la frontera.
Las fuerzas de seguridad lusas decomisaron en lo que va de año 174 armas de fuego, entre ellas pistolas, escopetas, revólveres e incluso dos rifles, además de un millar de cajas con distintas municiones. El material fue intervenido en viviendas, inmuebles abandonados y carreteras de la ‘raia’ fruto de largas investigaciones de la Guardia Nacional Republicana portuguesa para acabar con la tenencia ilícita de armas de fuego por parte de particulares en sus casas y el contrabando a lo largo de la ‘raia’. Los agentes estiman que sólo en los distritos de Chaves, Vinhais, Montalegre, Terras do Bouro Arcos de Valdevez y Melgaço, todos ellos lindantes con la provincia, hay alrededor de 45.000 armas. ‘Parte de este armamento está a la venta y llega a la provincia. Prueba de ello es que cada vez que se necesita una pistola se va a comprar a Portugal. Esto ya es como una costumbre’, explicaron fuentes de la Guardia Civil.

El contrabando de armas, según los datos que maneja el instituto armado, aumentó sustancialmente en los últimos años, probablemente a causa de los robos en viviendas, naves industriales y comercios. ‘La gente teniendo un arma en casa, aun que sea de forma ilegal, se siente más segura’, apuntaron.

Esta situación comenzó a preocupar en la Comandancia ourensana, que acaba de instar a las fuerzas de seguridad portuguesas a ejercer más vigilancia sobre los contrabandistas, particulares que tienen pistolas y escopetas ilegalmente en sus casas e incluso sobre los talleres que suelen adaptar pistolas de juguete en armas de verdad o dejan como nuevas todas aquellas que con el paso del tiempo ya dejaron de funcionar.

El negocio, según los datos que maneja la Guardia Civil, movió alrededor de 600.000 euros en el último año sólo en la franja fronteriza con la provincia. La Guardia Civil incrementó los controles en los pasos fronterizos para poner fin al tráfico de armas después de decomisar 20 pistolas a ourensanos de procedencia lusa en las carreteras, viviendas y casas abandonadas de la provincia.

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