SUCESO EN EL CHUO

La Guardia Civil había pedido medidas para proteger a Isabel Fuentes de su marido

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photo_camera La Policía Nacional acudió pasadas las siete de la mañana de ayer.

El hombre que acuchilló a su esposa en el CHUO y después se autolesionó estaba siendo investigado por tentativa de homicidio porque la primera agresión atribuida a unos ladrones no era creíble

Aniceto Rodríguez Caneiro, de 76 años, esta siendo investigado y era sospecho desde un primer momento de intentar matar a su esposa, María Isabel Fuentes Fernández, 10 años más joven, el día 2 de abril en la casa que compartían en Pazos (Verín). La mujer seguía desde entonces ingresada en el CHUO, recuperándose del fuerte traumatismo craneoencefálico (en el hemisferio cerebral derecho) que sufrió el pasado Jueves Santo por parte, según decía el marido, de unos ladrones que entraron a su casa de madrugada cuando ella veía la televisión y él dormía en el dormitorio conyugal, aunque, curiosamente, no se llevaron nada y su versión de los hechos estaba plagada de contradicciones.

Aún con todo, consumó su plan a las siete de la mañana de ayer en la habitación 414 de la Residencia sanitaria, en la planta de Neurocirugía. Rodríguez Caneiro seccionó con un profundo corte longitudinal el abdomen de su mujer con un cuchillo de cocina de 15 centímetros de hoja. También la hirió en el cuello, pero de forma menos contundente. Acto seguido se autolesionó en muñecas, cuello y tórax, cayendo desplomado. Aunque fue intervenido de urgencia en la mañana de ayer, no se teme por su vida. La dantesca escena, había sangre por toda la habitación, fue descubierta por una enfermera, quien enseguida requirió el auxilio de un vigilante jurado. La compañera de habitación de la víctima, quien dormía cuando Aniceto Rodríguez consumó su plan, fue evacuada de inmediato a otro cuarto.

María Isabel Fuentes se recuperaba en la cuarta planta de hospitalización desde el 29 de abril. No hablaba y necesitaba ventilación asistida para respirar. Aunque estaba sedada buena parte del día, comenzaba a recuperar la consciencia. Por eso, su esposo, quien supuestamente ya había planeado darle muerte el pasado mes, tomó un determinación en firme.

Para la Policía Judicial de la Guardia Civil de Verín fue sospechoso desde el primer momento de la agresión que casi le cuesta la vida a María Isabel el pasado día 2 de abril. Por esta razón, los investigadores, el 20 de abril, ante la advertencia médica de que Isabel podría ser trasladada a planta por su mejoría, reclamaron a la jueza instructora del robo violento en Pazos, Cristina María Fernández Viforcos, que la mantuvieran más tiempo en Reanimación o un departamento hospitalario similar donde pudiera estar vigilada y con las visitas restringidas. El Instituto Armado advertía del peligro que suponía pasarla a planta al ser su esposo el familiar más directo y, al mismo tiempo, el principal sospechoso de la agresión en tanto que tendría acceso a ella las 24 horas del día, tal como finalmente ocurrió. De hecho, desde que la víctima fue para la cuarta planta, su esposo pasó la noche con ella en varias ocasiones.

La jueza, en una providencia del 28 abril, lo denegó. Y argumentó: "Se acuerda que no ha lugar a dicha diligencia toda vez que ya se ha oficiado a dicho hospital para que comuniquen el traslado del lesionado a planta desde el servicio de Reanimación, en cuyo caso, si procede, se adoptarían medidas adecuadas". Pero las mencionadas medidas, nunca se materializaron. El propio órgano judicial no la acordó de oficio ni tampoco la reclamó el ministerio fiscal, tal como les faculta la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

En el procedimiento abierto ahora contra Aniceto Rodríguez por asesinato, intervendrá el fiscal especial de Violencia de Género, Julián Pardinas, quien declinó hacer declaraciones en el día de ayer "al estar sub iudice el caso y bajo secreto de sumario".

Pero en un suma y sigue de negativas, tampoco prosperó la petición de la Policía Judicial de Guardia Civil para la intervención, grabación y escucha del teléfono móvil del marido. La togada argumentó que “las sospechas y conjeturas” de los investigadores sobre la tentativa de homicidio supuestamente perpetrada por el marido de la víctima no justificaban la medida.

Por su parte, el portavoz de la Policía Nacional, Bernardo Prado, en una comparecencia a los medios de comunicación, apuntó que al asesino "se le comunicaría su detención cuando recuperase la consciencia". Pasará a custodia policial, bien sea en el hospital o en Comisaría", donde se le tomarán las oportunas declaraciones. n
 

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