Pertenece a un conocido de la víctima que fue detenido ayer por amenazar de muerte a un amigo

La Guardia Civil se incauta un arma que podría ser la empleada en el tiroteo a un brigadista

Lugar en el que había sido tiroteado el brigadista, en Xunqueira de Ambía. (Foto: Miguel Ángel)
Una amenaza con arma de fuego ha reabierto la investigación para esclarecer la tentativa de dar muerte a tiros a un brigadista de Xunqueira de Ambía en septiembre de 2008. La Guardia Civil ha detenido al que en su día se consideró sospechoso policial, José Miguel M.C, por tenencia ilícita de armas por amordazar y amenazar con una pistola a un amigo tras decirle que pensaba suicidarse. La Guardia Civil determinó el calibre, que coincide con el de la pistola con la que fue tiroteado el brigadista.
Una detención por una supuesta amenaza con arma de fuego podría arrojar luz sobre uno de los sucesos más misteriosos que se produjeron el pasado año en la provincia: el intento de asesinato a tiros de un brigadista en Xunqueira de Ambía.

La Guardia Civil detuvo en la noche del sábado a un joven de la zona, José Miguel M.C, cuando tras acudir a casa de un amigo, le confesó que pensaba suicidarse y acto seguido lo ató de pies y manos, le colocó una bolsa de plástico en la cabeza y lo amenazó con una pistola. El amenazado logró zafarse y puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, que tras comprobar que el joven no contaba con la pertinente licencia para portar el arma, fue detenido por un presunto delito de tenencia ilícita y otro de amenazas.

Se da la circunstancia de que el detenido fue investigado en calidad de sospechoso del intento de homicidio del brigadista Juan Carlos Limia (aunque nunca se recabaron pruebas suficientes ni se le tomó declaración judicial como imputado), ya que también había mantenido una relación sentimental con la novia de éste último. Tanto fue así que José Miguel M.C. contaba con una orden de alejamiento hacia esta mujer y estaba, además, a tratamiento psiquiátrico.

De hecho, las circunstancias del crimen (fue una emboscada, ya que la víctima fue asaltada cuando se disponía a retirar unas ramas colocadas en la carretera que le impedían el paso, cuando regresaba a su domicilio tras haber estado trabajando en el turno de noche) apuntaban a que el agresor conocía bien las costumbres y horarios de su víctima (habían sido compañeros de trabajo en la brigada). Asimismo, el hecho de que los disparos hubiesen estado localizados en el bajo vientre hacían sospechar a los investigadores que el móvil hubiese sido pasional.

La Guardia Civil investiga ahora si el arma utilizada para el intento de suicidio coindide con la que se usó para herir al brigadista. Fuentes de la investiga ción corroboran que el calibre es el mismo, por lo que ahora han de precisar con el análisis de los casquillos hallados en el lugar del crimen si éstos coinciden con las balas usadas en la pistola del detenido.

En el lugar del tiroteo fueron encontradas también varias colillas de una marca de tabaco portugués que, de ser del agresor, podrían contener su ADN. El hecho de que los restos de cigarrillos estuviesen concentrados en un reducido espacio cercano al lugar de la agresión -junto a algunos restos de comida- siempre hizo presagiar a los investigadores que el agresor había estado varias horas esperando el paso de la víctima.

Desde un primer momento, la investigación del Instituto Armado se centró en el círculo cercano de amigos, familiares y conocidos de Juan Carlos Limia Domínguez, pero pronto concluyó que la víctima carecía de enemigos, ya que llevaba una vida ‘intachable’. Incluso no llegó a descartarse la hipótesis de que el agresor pudiera haber confundido al joven con otra persona.

La víctima estuvo al borde de la muerte

A las 04.00 horas de la madrugada del 23 de septiembre de 2008 fue cuando se produjo la emboscada que casi le costó la vida a Juan Carlos Limia Domínguez, un trabajador de la brigada de extinción de incendios de Xunqueira de Ambía de 35 años de edad. Tras bajarse del coche para retirar unas ramas que le obstaculizaban el paso en la carretera que une Xunqueira de Ambía y Piñeira, un desconocido a cara tapada le disparó cuatro tiros.

Tras ser evacuado al Complexo Hospitalario con pronóstico muy grave, fue operado de urgencia durante cinco horas. Gracias a esta delicada intervención los médicos lograron salvarle la vida, aunque tuvieron que practicarle una nefrectomía (extracción de un riñón), ya que el órgano resultó afectado con una de las balas.

En un principio, los investigadores no descartaron ninguna hipótesis. Dos días después de aquel suceso, el entonces delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras, descartó que el tiroteo estuviese relacionado con motivaciones políticas o laborales. La Guardia Civil siempre sospechó de que el agresor hubiera estado acechando a su víctima. De hecho, un vecino llegó a declarar que había visto durante varias noches a un individuo merodeando por la carretera al que nunca llegó a verle la cara.


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