Los conciertos de La Región

Habitación Vudú: “En el directo ponemos toda la carne en el asador”

Habitación Vudú, durante uno de sus conciertos.
photo_camera Habitación Vudú, durante uno de sus conciertos.
El concierto en el Botánico arrancará a las 21,00 horas

Con la promesa de ofrecer un show “enérgico” y “contundente”, Habitación Vudú actuará esta noche a las 21,00 horas en el Jardín Botánico Montealegre, en el marco de Los Conciertos de La Región y con el auspicio del Xacobeo 21-22. “En el directo ponemos toda la carne en el asador”, asegura José Freiría, voz y guitarra del grupo que completan su hermano Justo en batería y Rubén Seoane en bajo, además de Richie Roales y Juan de Dios Martín en guitarras para esta ocasión.

Oriundos de Escornabois, A Limia, los hermanos Freiría, con su tiempo hoy repartido entre la música en directo y la producción con Escena Sonora, dieron vida a Habitación Vudú en 2011 y tienen editados los EPs “Flores falsas” (2015) y “En el aire” (2018) y su novedad es el sencillo “El circo” (2021). Este repertorio sonará en su presentación, además de alguna que otra versión de pop-rock en castellano para poner buen ritmo al verano ourensano.

¿Qué show van a ofrecer al público que concurra a ver a Habitación Vudú?

Nuestros shows son siempre muy directos y con canciones muy enérgicas. De hecho, de nuestros discos a nuestros conciertos hay un paso que creemos que tienen que tener las canciones para sonar en directo, que es mucho más contundente que en los discos. Así que en el directo ponemos toda la carne en el asador.

“El circo”, de 2021, es la última novedad del grupo. La letra, que plasma un contexto negativo y adverso, ¿está inspirada en alguna situación en concreto?

Es como una metáfora de todo lo que podría pasarle a un ser humano en su vida si estuviese metido en un circo, en una actuación en directo para entretener a alguien. Como si la vida realmente fuese un circo, como si actuaras para entretener, para aparentar, para que hablen bien de ti, para que te tengan en consideración. La vida nuestra misma es una pura actuación. No vivimos ni hacemos las cosas para satisfacernos a nosotros mismos; muchas veces es de cara a la galería, para tener trabajo. Va por ahí.

La canción habla de una sociedad hipócrita a la vez que conformista…

Porque nos conformamos con que nos vean bien. Si vamos bien peinados y bien vestidos ya podemos agradar al otro y no le damos importancia a otras cosas que sí la tienen. Es estar en un circo muchas veces como un trapecista arriesgando su vida para que alguien que está allí pase un buen rato.

¿Y qué pasa si trasladamos la metáfora de “El circo” a la música ourensana y, en particular, al rock?

Se puede trasladar porque al final la forma de entender la sociedad y de vivir la vida es tan global que puede pasar en Ourense o en Nueva York. Lo que ocurre es que actuamos de cara a la galería sin centrarnos en lo importante. Nos centramos en cosas etéreas que, al final, no tienen importancia. En Ourense lo ves en la música, pero también en la política y en cualquier otra cosa. Yo muchas veces digo que nos complicamos la vida nosotros mismos sin tener por qué, y me incluyo, porque al final soy un actor más de esta sociedad e intento ser lo más coherente posible.

¿Qué lugar hay hoy en Ourense para el rock?

Yo con 16 años estaba trabajando con Los Suaves, por eso tengo una visión con mucha perspectiva, desde muy atrás, y te digo que del año 90 y algo a hoy la cosa fue perdiendo ilusión, la palabra es esa. Hubo un momento en los 90 en que hubo una eclosión de bandas muy importante y que el taller de música apoyaba, hacía conciertos. Lusquiños nos grababa maquetas a todos los músicos y ahí había como una comunión y había como un resurgir de algo. Sí es verdad que todo eso fue perdiendo fuerza, porque creo que a nivel provincia y a nivel ciudad el ourensano también es muy así, estamos muy pendientes de muchas otras cosas que no son tan importantes y no de lo que realmente tiene importancia, y lo que podríamos estar apoyando no lo hacemos y, al final, se nos pierde la fuerza y se nos va. Entonces, si tú estás apostando por un proyecto, pero sientes que no tienes ayuda, se queda en una apuesta muy individual y eso saldrá o no saldrá, depende de adonde puedas llegar tú. Pero sí es verdad que los ourensanos perdemos la fuerza rápidamente y no miramos esto como una carrera un poco de fondo, como un proyecto a largo plazo. Ahora mismo yo tengo una empresa que hago producción y conciertos y no tengo un espacio para hacer conciertos como me gustaría de bandas de rock, incluso que vengan de fuera. No hay espacio, no hay interés tampoco de la gente por la música en directo, se ha ido perdiendo. Y es una pena porque yo tuve la oportunidad de viajar mucho por mi trabajo, que acabamos trabajando en la producción del concierto de los Rolling Stones, por ejemplo, y tengo la visión desde fuera de que somos una ciudad muy rockera, gracias al trabajo que han hecho Los Suaves en su día y durante muchos años. Somos una ciudad que se nos ve muy rockera pero estamos perdiendo esa condición porque nadie ha podido coger el relevo. No hay una banda que haya dicho “vamos a coger este relevo”. Falta ilusión por… Creer en un proyecto y llevarlo más allá, independientemente de lo que pueda pasar. Es apostar en una jugada por perder o ganar. Pero lo que está claro es que el que no apuesta no gana.

Te puede interesar