El fallecido Ramón Fernández, natural de Riobóo (Cenlle), fue acusado del asesinato de María do Socorro Silva, una prostituta brasileña, a la que asestó un disparo de escopeta y la tiró al Río Avia. Su cuerpo apareció en un motel de Mos
La Guardia Civil investiga la muerte violenta de Ramón Fernández Álvarez (56 años), el vecino de Riobóo (Cenlle) que en febrero de 2009 asesinó en la bodega de su casa a una joven brasileña de 26 años afincada en Ourense que ejercía la prostitución, a la que después arrojó al río Avia, hechos por los que fue condenado a 12 años y medio de prisión, además de 109.000 euros a favor de la madre e hija de Socorro Silva, la víctima.
Ahora, Fernández Álvarez estaba disfrutando de un permiso penitenciario en compañía de otra mujer de nacionalidad brasileña en un motel de la avenida Peinador, en Mos. Pasadas las tres de la madrugada, según el testimonio de la mujer, se metió en el baño y se pegó un tiro.
Historial depresivo
En el historial médico de Fernández Álvarez, hay varios intentos de suicidio. Durante la investigación por el asesinato, amagó con lanzarse a la presa de Albarellos ante la Guardia Civil y en prisión se lesionó con un lápiz en dos ocasiones. De hecho, estuvo a tratamiento por depresión durante la instrucción del sumario y su letrado llegó a cuestionar en más de una ocasión su salud mental.
Asimismo, a lo largo de la instrucción por el asesinato de la joven que ejercía la prostitución, cambió varias veces de versión y hasta intentó endosarle el crimen a un vecino, aunque las pruebas de ADN (el semen hallado en la vagina y el ano de la víctima) incriminaron a Ramón Fernández sin paliativos. El día del juicio confesó, se declaró culpable y pidió perdón a la familia de la joven asesinada, a su propia esposa e hijo y hasta al vecino al que trató de inculpar.
Posteriormente, donó un riñón a una hermana necesitada de un trasplante, una intervención practicada en 2013 en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).
El cuerpo de Ramón Fernández fue hallado a las 03,15 horas del viernes cuando Urxencias Sanitarias de Galicia recibió una alerta porque salía sangre del baño, cerrado por dentro. Disfrutaba de un permiso carcelario ya que había cumplido ocho años de los 12 y medio a los que fue condenado.
Mató a una mujer en 2009 porque le pidió 400 euros
La Audiencia condenó a Ramón Fernández por asesinato porque actuó con "alevosía sorpresiva", sin posibilidad de defensa, empleando en la ejecución medios, modos o formas con los que aseguró la muerte de Socorro Silva de forma inesperada. El inculpado profirió dos disparos de escopeta contra la víctima cuando ambos bajaron a la bodega de la casa y surgieron diferencias por el precio de los servicios sexuales que había prestado la mujer. Según la versión del condenado, le había pedido 400 euros o en caso contrario no se iría de la casa en la que él vivía con su esposa.
La primera detonación, a menos de metro y medio distancia, hizo que cayese hacia atrás, pero no fue letal. Posteriormente, hubo un segundo disparo, que resultó mortal, con entrada en la nuca (parte del proyectil quedó alojado en el cuello). Aseguró la ejecución de la muerte con ausencia de riesgo.
