El tiempo de rescate de los heridos y la posterior evacuación de todo el edificio se hizo interminable. Se podían escuchar llantos y gritos de impotencia, pero también se percibió el apoyo a los afectados.

Una hora que se hizo interminable

Una de las vecinas que se quedó en su vivienda sale finalmente ilesa con una mascarilla. (Foto: JAINER BARRROS)
El rescate se prolongó durante poco más de una hora, un tiempo que se hizo demasiado largo para las personas que allí se concentraron y que se volcaron desde el primer momento con los heridos.
Fue inevitable la angustia ante el dolor de las víctimas que abandonaban el edificio con quemaduras y síntomas de asfixia. La sorpresa inicial, ya que no se preveía la gravedad de la situación, daba paso a la sensación de impotencia y también a la histeria. Se podían escuchar los llantos y gritos, pero también se percibía el empeño de ayudar a los afectados, mientras los equipos de emergencias de Protección Civil eran los primeros en acceder al interior para el rescate de los atrapados.

Según iban saliendo del 'infierno', fueron atendidos, primero los más graves, y después los leves, en la misma ambulancia estacionada cerca del edificio. Según fuentes sanitarias, a un total de 13 personas. Aun así, otras seis, entre ellas un niño, se dirigieron al servicio de emergencias del Centro de Saúde, en donde recibieron la ayuda necesaria.

Fueron saliendo a cuenta gotas hasta que una vez extinguido el incendio y disminuida la intensidad del humo se procedió a desalojar todo el edificio, en el que todavía quedaban muchas personas en sus viviendas. Eran los que no se aventuraron a quedar atrapados en las escaleras por el fuego y que observaron todo lo que sucedía en la calle desde sus ventanas. Los equipos de extinción coincidieron en afirmar que una vez sofocadas las llamas, fue el humo el que causó graves problemas, alcanzando las últimas plantas por el hueco de la escalera, aunque sólo llegó a introducirse en las viviendas del primer y segundo piso y sin causar daños personales.

Una vez completada la evacuación, ya todos en la calle y los heridos atendidos por los sanitarios, la calma se fue recuperando poco a poco. Posteriormente, la Guardia Civil de Carballiño acompañó a cada uno de los residentes de nuevo a sus casas para recoger lo imprescindible. El alcalde, Argimiro Marnotes, ofreció a los afectados la Residencia do Tempo Libre para instalarse hasta concluir una inspección del edificio que garantice su seguridad. La mayoría fueron acogidos, no obstante, por familiares y amigos y por la tarde sólo había una mujer en la residencia.

La Policía Judicial revisaba posteriormente el cuadro eléctrico en donde se originó el fuego y, en principio, todo apunta a que pudo prender por causa de una sobrecarga de energía. Sin embargo, fuentes municipales indicaron que habrá que esperar los resultados de la investigación por parte de las fuerzas de seguridad para confirmar la causa. Asimismo, serán los técnicos del Concello los que inspeccionarán el edificio a fin de asegurar su habitabilidad.

Un buen tramo de la calle permanecía precintado ya bien entrada la noche, con un coche de bomberos, dos patrullas y un furgón de Protección Civil a la entrada del edificio siniestrado.

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