Todas las previsiones apuntaban a un verano frenético para el turismo ourensano, y finalmente las cifras les dieron la razón. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, los hoteles provinciales vivieron su periodo estival de mayor ocupación, con una media del 40% de su capacidad entre junio y septiembre. Este registro supera el anterior máximo del 37,1%, alcanzado en 2019. Además, en los fines de semana de este verano se llegó de media al 46%, con un pico del 55% en agosto, el mes con mayor actividad para los alojamientos hoteleros desde que hay registros.
En el primer verano con AVE de su historia, la provincia recibió a un total de 141.182 turistas, el segundo mayor registro histórico superado solamente por la afluencia de 2019, cuando se desplazaron hasta Ourense un total de 146.396 viajeros. El dato de este año supera en un 10% al de 2021, en el que se contabilizaron 128.675 visitantes entre junio y septiembre, y casi duplica los registros de 2020, año de la pandemia, que dejó un verano de 79.649 turistas.
A pesar de que llegaron menos turistas que en 2019, estos tuvieron estancias medias más largas, que este verano se ubicaron en los dos días por persona, frente a los 1,94 días que de media estuvo cada viajero tres años atrás.
Desde el Hotel Oca consideran que “ha sido un año de recuperación con un importante incremento de los ingresos por habitación disponible, con un resultado económico bueno, pero no excelente, ya que 2022 ha estado lastrado por el alto incremento de los costes de suministros y de las materias primas”. A nivel provincial, los ingresos por habitación disponible tocaron este verano su máximo desde que hay registros disponibles, con los 36 euros alcanzados en agosto, que arrojan un incremento interanual del 7%.
Los responsables de Oca destacan que, en el hotel que tienen en Allariz, la ocupación media de julio y agosto rondó el 70%, que se incrementó considerablemente el mes posterior. “En agosto hemos superado el 90% y hemos registrado el mejor septiembre desde que OCA Hotels opera en este destino”, aseguraron desde la cadena hotelera. Por su parte, en el hotel Alda Estación Ourense aseguran que la valoración del verano es “muy positiva tras haber recibido muchos clientes vinculados a la estación de tren, no solo trabajadores de empresas como Adif o Renfe, sino también viajeros, principalmente de media distancia”, aunque subrayan que las altas temperaturas alcanzadas este año fueron un inconveniente en momentos puntuales. “Durante los fines de semana del verano sí hemos notado un efecto negativo motivado por las olas de calor, que restó atractivo como destino a la ciudad de Ourense y costó más que otros años mantener las altas ocupaciones”, manifestaron.
El reto ahora es mantener la actividad de cara a la temporada baja, y en Alda esperan “recibir mucho cliente de empresa e incrementar el flujo de turistas animados por el termalismo y también por eventos puntuales con mucho tirón histórico como San Martiño”. Por su parte, en Oca apuestan por “los componentes de tipo gastronómico y de bienestar”, idóneos para las estaciones de otoño e invierno.
El turista nacional refuerza su presencia y alarga las estancias
Los buenos registros cosechados por el turismo ourensano durante este verano se deben, en gran medida, al turista nacional. De los 141.182 viajeros que este año eligieron Ourense en la época estival, el 87% (123.122) lo hicieron desde algún otro punto de la geografía española.
Sin contar a los turistas que llegaron desde otros lugares de Galicia, Madrid fue la comunidad autónoma que más viajeros aportó a Ourense. Los madrileños llegaron a representar el 16,3% del total en septiembre y agosto, el 17,1% en julio y el 16,1% de junio. Estos registros se producen en el primer verano de la alta velocidad en la provincia, que reduce el tiempo de viaje desde la capital del país hasta las dos horas y cuarto.
Además, el turista español alargó este año su estancia en la provincia, y registró el récord histórico de pernoctaciones, que ascendieron a las 247.255 entre junio y septiembre. Este dato supera al de 2019, cuando los viajeros llegados desde el país estuvieron 229.354 noches en la provincia.
Además del termalismo o la alta velocidad, los hoteles ourensanos sedujeron a los viajeros nacionales con sus precios, que este verano se posicionaron entre los más baratos del país. Cada habitación de la provincia tuvo un precio medio en septiembre de 57 euros, el cuarto más bajo del país.
