La humedad lleva tiempo dañando las pilastras de la Catedral de Ourense y comienzan a provocar serios daños en una de las que sustentan el cimborrio del monumento.
Desde comienzos de este año ha sido habitual observar a esta pilastra (la de la imagen) completamente húmeda, provocando en muchas ocasiones un charco de agua justo debajo del púlpito izquierdo del recinto. En palabras del canónigo archivero de la Catedral de Ourense, Miguel Angel González, esta situación es preocupante, puesto que los albañiles que año tras año se encargan de subsanar las goteras de la Catedral y retirar las hierbas que crecen en el campanario y en el cimborrio 'no han podido detectar de dónde proviene esta filtración de humedad'.Este problema ha provocado ya daños en el púlpito y en el tornavoz (sombrero del púlpito, dispuesto para que el sonido repercuta y se oiga mejor) de madera dorada que tiene el altar mayor.
La arenilla
Además, todos los días, una lluvia de arenilla, producto de la descomposición de la piedra caliza con la que está construida la Catedral, cae sobre los asientos del coro, por lo que la limpieza tiene que ser también diaria, para evitar así la acumulación de bolsas de agua.
Por estos motivos, los responsables de la Catedral han solicitado la ayuda de la Consellería de Cultura, entidad que se ha comprometido a enviar en las próximas semanas al arquitecto Manuel Seoane Feijóo, quien se encargará de subsanar la humedad.
Por otro lado, y precisamente encima del púlpito izquierdo de la Catedral se encuentra una de las tomas eléctricas del inmueble, por lo que, según explica Miguel Angel González, la caída de gotas de agua sobre el púlpito es una situación de grave peligro, pues puede llegar a tener lugar un cortocircuito que provoque más problemas de los previstos y que podría afectar a todas las instalaciones del recinto religioso. Por esta razón, el sacristán de la catedral debe cortar la luz todas las noches desde el mes de enero, para evitar incidencias que dañen el templo.
La arenilla
Además, todos los días, una lluvia de arenilla, producto de la descomposición de la piedra caliza con la que está construida la Catedral, cae sobre los asientos del coro, por lo que la limpieza tiene que ser también diaria, para evitar así la acumulación de bolsas de agua.
Por estos motivos, los responsables de la Catedral han solicitado la ayuda de la Consellería de Cultura, entidad que se ha comprometido a enviar en las próximas semanas al arquitecto Manuel Seoane Feijóo, quien se encargará de subsanar la humedad.
Por otro lado, y precisamente encima del púlpito izquierdo de la Catedral se encuentra una de las tomas eléctricas del inmueble, por lo que, según explica Miguel Angel González, la caída de gotas de agua sobre el púlpito es una situación de grave peligro, pues puede llegar a tener lugar un cortocircuito que provoque más problemas de los previstos y que podría afectar a todas las instalaciones del recinto religioso. Por esta razón, el sacristán de la catedral debe cortar la luz todas las noches desde el mes de enero, para evitar incidencias que dañen el templo.
