La inacción convierte a Ourense en un Amazonas

El riesgo de incendio sigue creciendo y buena parte de los barrios de la ciudad continúan en el mismo estado que hace un mes. Las labores de desbroce apenas avanzan, tanto en lo que respecta a los caminos, cuya limpieza corresponde al Concello, como en las casas abandonadas que proliferan por todo el municipio, sin que el Gobierno local acometa de forma subsidiaria su mantenimiento para evitar el peligro. Uno de los núcleos poblacionales más afectados es Seixalbo, donde las malas hierbas inundan el casco histórico. De hecho, la maleza de una de las fincas abandonadas contacta ya con los columpios del parque infantil ubicado junto a la plaza Fernando Freire Carril. “E as ratas da parcela circulan polo parque, que é moi utilizado polos rapaces”, critica Xosé Carballido, representante vecinal. En cuanto a los caminos, “limparon só alguns”, puntualiza. Y el barrio de O Polvorín continúa siendo un polvorín. A la agrupación cívica del barrio, que ya denunció públicamente su situación hace más de un mes, solo le queda resignarse, y cruzan los dedos porque “lo único que hicieron fue retirar los ladrillos de la casa que se llevó el aire. Aquí no limpiarán nada hasta que ocurra una tragedia. Qué le vamos a hacer, ojalá no pase nada”, señala uno de los portavoces de la agrupación. Estado de la vegetación junto al parque infantil de Seixalbo. En Castro de Beiro, otro tanto. Xosé Ramón Riveiro, secretario de la asociación vecinal del barrio, critica que el escenario sobre el que desarrollan su vida diaria permanece inmutable. En pistas como la que dirige hacia Abeleda “as silvas chegan ao medio da estrada”, ya que, explica, “a deixadez é total. Seguimos enviando escritos ao Concello, pero deben caer na carpeta do spam”. Desde Arrabaldo, el mensaje es también rotundo. “Todo sigue igual. No vinieron a limpiar nada y los caminos están de pena. Es un escándalo”, lamenta María José González, miembro de la directiva de su asociación vecinal. González asegura que la empresa pública Seaga aún no ha acometido los trabajos de desbroce requeridos y pagados hace meses en buena parte de las fincas de Arrabaldo, salvo en contadas excepciones. Además, la situación de las vías públicas es tal que “por algunos caminos ya no pasan los coches”, concluye.