Una de las cuestiones que más afecta a los consumidores es la proliferación de artículos de origen chino sin la debida homologación de la Unión Europea, como juguetes, textil o calzado. En este campo, 'apenas se producen inspecciones hasta que no ocurre algún tipo de problema de salud pública', lamenta Aurelio Gómez, presidente de la Federación de Comercio.
Recientemente, se produjo una incautación en la ciudad de una remesa de calzado, tras presentarse diversos casos de reacciones alérgicas provocadas por el contacto con el tejido con el que había sido confeccionado en el país oriental. Asimismo, no hace más de un año, se incautaron catanas en el 'Hiper China', situado en la calle Juan XXIII, que se estaban vendiendo ilegalmente, al no contar con una autorización especial para este tipo de artículos considerados peligrosos.
Otra queja generalizada de los comerciantes es la supuesta 'permisividad' con los negocios chinos que se sitúan en el casco histórico o sus inmediaciones, pues 'no siempre respetan las normas estéticas sobre la colocación de toldos o rótulos en sus fachadas', según le han hecho llegar a Emilio González, presidente del Centro Comercial Aberto, los comerciantes. A los asociados, esta situación 'les sienta mal porque a ellos si les hacen cumplir estrictamente con infinidad de pautas sobre tamaño y estética de los carteles', añade González. Un ejemplo de estas prácticas es el del nuevo restaurante de comida oriental instalado en el antiguo Xesteira. Los juegos de luces hacia la calle durante el día o la noche, así como los numerosos y llamativos carteles son habituales en este negocio.
La expansión de este tipo de establecimientos y la variedad infinita de artículos que en ellos se venden, mantiene en alerta, desde hace ya varios años, a las autoridades aduaneras, que no siempre dan abasto para realizar eficazmente su trabajo. Sin embargo, durante el último año el 95% de los productos incautados en aduanas por motivo de falsificaciones procedían del gigante asiático, en su mayoría accesorios de vestuario, seguidos de juguetes, calzado y gafas.
Otra queja generalizada de los comerciantes es la supuesta 'permisividad' con los negocios chinos que se sitúan en el casco histórico o sus inmediaciones, pues 'no siempre respetan las normas estéticas sobre la colocación de toldos o rótulos en sus fachadas', según le han hecho llegar a Emilio González, presidente del Centro Comercial Aberto, los comerciantes. A los asociados, esta situación 'les sienta mal porque a ellos si les hacen cumplir estrictamente con infinidad de pautas sobre tamaño y estética de los carteles', añade González. Un ejemplo de estas prácticas es el del nuevo restaurante de comida oriental instalado en el antiguo Xesteira. Los juegos de luces hacia la calle durante el día o la noche, así como los numerosos y llamativos carteles son habituales en este negocio.
La expansión de este tipo de establecimientos y la variedad infinita de artículos que en ellos se venden, mantiene en alerta, desde hace ya varios años, a las autoridades aduaneras, que no siempre dan abasto para realizar eficazmente su trabajo. Sin embargo, durante el último año el 95% de los productos incautados en aduanas por motivo de falsificaciones procedían del gigante asiático, en su mayoría accesorios de vestuario, seguidos de juguetes, calzado y gafas.
