La ciudad fue ayer escenario de dos incendios urbanos que, en un caso, provocó serios daños en toda una vivienda, pero en especial en el salón, y en el otro afectó apenas a un balcón, aunque por precaución se cortó parte de la calle Bedoya.
Hubo incendios, y el cuerpo de bomberos y la Policía Local de Ourense tuvieron ayer una tarde ajetreada. Dos fueron las salidas más relevantes, una para acudir a la avenida das Caldas, y otra para asistir a una emergencia declarada en la calle Bedoya. La primera alarma en saltar fue la del número 24 de la avenida das Caldas. La llamada al servicio de emergencias la hizo un particular a las 14.55 horas. El 112 dirigió hacia ese punto de la ciudad, además de a los bomberos y la Policía Local, a Protección Civil y al 061, por si pudiese haber heridos.
Había comenzado a arder en un quinto piso. Se trataba del incendio urbano más serio de los dos que hubo en la tarde. El equipo de bomberos, formado por siete agentes, advirtió al llegar que todos los residentes habían desalojado el edificio, compuesto de seis plantas. Según fuentes de los bomberos y la Policía Local, todos los inquilinos mantuvieron la calma.
El foco de las llamas estaba en una vivienda de la quinta planta, cuya familia se encontra ba en el interior cuando se iniciaron las llamas. Sus miembros intentaron sofocarlas, pero en balde. Acabaron extendiéndose. Todo comenzó en el salón, donde primero ardió un sofá, a continuación una butaca y, dada la cantidad de madera que había en esa parte del piso, la fuerza de la combustión acabó trasladando el fuego a otras dependencias. De hecho, toda la vivienda quedó afectada en algún grado por el fuego, si bien sólo el salón resultó del todo calcinado.
La intensidad de las llamas, pero sobre todo el efecto del humo, terminaron por afectar a zonas comunes del edificio, como el pasillo de la planta y una parte de las escaleras. En cuanto a la causa que originó el incendio, no fue posible determinarla en la evaluación que llevaron a cabo los bomberos una vez se extinguió el fuego.
Segunda salida de la tarde
Dos horas aproximadamente después, Policía Local y bomberos, ante una llamada particular, volvieron a disponer el protocolo para acudir a un nuevo incendio urbano, esta vez en la calle Bedoya, número nueve. Se cortó la calle, se dispuso la escalera para acceder por el exterior, y se evitaron daños materiales.
Una colilla originó la combustión en Bedoya
El conato de incendio de la calle Bedoya se originó como consecuencia de una colilla mal apagada. Uno de los habitantes de la casa salió a fumar un cigarro al balcón y apagó la colilla introduciéndola en una maceta. Luego, abandonó el piso. Un vecino de otro edificio vio salir humo de la vivienda. Éste se había producido por la combustión generada por la colilla mal apagada, que en el contacto con la tierra seca del macetero, provocó el humo.
Había comenzado a arder en un quinto piso. Se trataba del incendio urbano más serio de los dos que hubo en la tarde. El equipo de bomberos, formado por siete agentes, advirtió al llegar que todos los residentes habían desalojado el edificio, compuesto de seis plantas. Según fuentes de los bomberos y la Policía Local, todos los inquilinos mantuvieron la calma.
El foco de las llamas estaba en una vivienda de la quinta planta, cuya familia se encontra ba en el interior cuando se iniciaron las llamas. Sus miembros intentaron sofocarlas, pero en balde. Acabaron extendiéndose. Todo comenzó en el salón, donde primero ardió un sofá, a continuación una butaca y, dada la cantidad de madera que había en esa parte del piso, la fuerza de la combustión acabó trasladando el fuego a otras dependencias. De hecho, toda la vivienda quedó afectada en algún grado por el fuego, si bien sólo el salón resultó del todo calcinado.
La intensidad de las llamas, pero sobre todo el efecto del humo, terminaron por afectar a zonas comunes del edificio, como el pasillo de la planta y una parte de las escaleras. En cuanto a la causa que originó el incendio, no fue posible determinarla en la evaluación que llevaron a cabo los bomberos una vez se extinguió el fuego.
Segunda salida de la tarde
Dos horas aproximadamente después, Policía Local y bomberos, ante una llamada particular, volvieron a disponer el protocolo para acudir a un nuevo incendio urbano, esta vez en la calle Bedoya, número nueve. Se cortó la calle, se dispuso la escalera para acceder por el exterior, y se evitaron daños materiales.
Una colilla originó la combustión en Bedoya
El conato de incendio de la calle Bedoya se originó como consecuencia de una colilla mal apagada. Uno de los habitantes de la casa salió a fumar un cigarro al balcón y apagó la colilla introduciéndola en una maceta. Luego, abandonó el piso. Un vecino de otro edificio vio salir humo de la vivienda. Éste se había producido por la combustión generada por la colilla mal apagada, que en el contacto con la tierra seca del macetero, provocó el humo.
