Las localidades de Vilamarín y de Monterrei sufrieron los fuegos más intensos vividos durante una tensa jornada

Los incendios se multiplican, con focos repartidos por toda la provincia

Vecinos de Vilamartín atacan las llamas (Foto: Brais Lorenzo)
Los incendios forestales salpicaron ayer buena parte de la provincia, sacudiendo sin miramientos a las comarcas de Monterrei, Valdeorras y municipios limítrofes a la ciudad.
Tres incendios iniciados en Vilamarín en torno a las seis de la tarde, cerca de la carretera N-525, se acercaron a los pueblos de Portamieiro, A Pena y Gándara, afectando, según las primeras estimaciones de la Consellería de Medio Rural, a 50 hectáreas de superficie y obligando a cerrar la carretera local OU-901 entre A Barrela y Cea. El fuego, que se acercó a la población de A Pena, quemó un bosque de eucalipto y quedó controlado alrededor de las viviendas, pero seguía avanzando anoche hacia el monte de Santa Águeda.

Otro de los focos, cerca de Gándara, llegó a acercarse a una vivienda, según fuentes de Protección Civil. Mientras, en Portamieiro, vecinos comentaron que el habitante de la primera vivienda de este pueblo tuvo que ser desalojado y el fuego amenazó a la población cercana de Requeixa Grande.


DESPLIEGUE AÉREO

En Vilaza (Monterrei), el ministerio de Medio Ambiente envió cinco aeronaves y dos brigadas de especialistas en labores de extinción para apoyar a los medios de la Xunta (un técnico, dos agentes forestales, nueve brigadas, cinco motobombas, dos palas, cinco aviones y seis helicópteros, entre ellos algunos de la Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales, BRIF). Este incendio había calcinado ayer más de 20 hectáreas, según los datos suministrados por Medio Rural.

A estos dos incendios se unían a lo largo de la jornada de ayer el producido en la parroquia de casaio (Carballeda de Valdeorras) a las 14,26 horas y que quemó 1,8 hectáreas de monte raso; el registrado en la parroquia de Gargantás (San Cibrao), que quemó 0,2 hectáreas de monte raso. Todos estos fuegos quedaron extinguidos poco después, según aseguran desde Medio Rural, no así el que se inició a las 17,32 horas en Vilavella (A Mezquita), que se daba ayer sólo por controlado después de arrasar 18,6 hectáreas de monte raso.

El operativo para atajar estos cuatro incendios contó con ocho agentes, 16 brigadas, 11 motobombas, tres helicóptero, cinco aviones y una pala.

En cuanto a los fuegos provocados el viernes en Cualedro y el sábado en Verín y Vilardevós, se daba el primero por extinguido y el segundo tan sólo por controlado en el día de ayer.

Las estimaciones provisionales señaladas por la Consellería de Medio Rural sitúan la superficie afectada en el incendio de Cualedro en 107 hectáreas, de las cuales 100 corresponden a terreno raso y las siete restantes a arbolado. En los trabajos de extinción de este fuego participaron un técnico, 11 agentes forestales, 24 brigadas, 11 motobombas, tres palas, seis aviones y nueve helicópteros, entre ellos algunos de las BRIF.

En cuanto al producido en la tarde del sábado en Verín y Vilardevós, que Medio Rural daba ayer tan sólo por controlado, quemó una superficie total de unas 100 hectáreas. En los trabajos de control de este incendio centrado en las parroquias de Queirugás (Verín) y Osoño (Vilardevós) intervinieron un técnico, 10 agentes forestales, 36 brigadas, 11 motobombas, cuatro palas, 13 aviones y 14 helicópteros, entre ellos algunos de la BRIF.

Este fuego forestal provocó en la tarde del sábado cortes en la carretera N-525 y de la autovía A-52 a su paso por los municipios afectados debido al humo provocado por el incendio.

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