Los restos mortales del pintor, dibujante y grabador ourensano José Luis de Dios (Ourense, 1943-Tui, 2010) fueron incinerados ayer en Vigi, tras haber sido velados en el tanatorio de Guillarei (Tui), a donde se acercaron, tanto durante el lunes como ayer por la mañana, numerosos amigos y familiares para darle el último adiós.
A la ceremonia de cremación, sin embargo, acudieron tan sólo miembros y amigos cercanos a la familia, puesto que ésta última, deseaba realizar el acto de una forma íntima.
Además, tal y como dejó dicho el artista, no se realizó ninguna misa funeral, tan sólo un acto poético en el que sus amigos leyeron los poemas que más gustaban al pintor ourensano. A primera hora de la mañana, se desplazaban a la capilla ardiente el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, y la concejala de Cultura, Isabel Pérez, para dar el pésame a la familia en representación de la ciudad.
De Dios perteneció a una generación de artistas nacidos en plena posguerra y fue uno de los principales personajes que impulsaron la renovación del arte gallego frente al folclorismo de la época.
Además, tal y como dejó dicho el artista, no se realizó ninguna misa funeral, tan sólo un acto poético en el que sus amigos leyeron los poemas que más gustaban al pintor ourensano. A primera hora de la mañana, se desplazaban a la capilla ardiente el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, y la concejala de Cultura, Isabel Pérez, para dar el pésame a la familia en representación de la ciudad.
De Dios perteneció a una generación de artistas nacidos en plena posguerra y fue uno de los principales personajes que impulsaron la renovación del arte gallego frente al folclorismo de la época.
