JUICIO

Incrimina a un amigo en el atraco conjunto a una librería de la ciudad

La fiscal pidió cuatro años para el acusado que reconoció el asalto

Iván D.J.A., alias Meón, reconoce que el 27 de mayo de 2014,sobre la hora de cierre, entró a la librería Entrelíneas, en la calle Fernández Seguín, con un cuchillo en la mano y amenazó al propietario, que estaba con su madre e hija, para conseguir el dinero de la recaudación. Pero también reconoce que en el coche que huyó estaba un conocido suyo, Joaquim Filipe M.P., con el que planeó el asalto. Este último lo niega. Asegura que estaba en el coche, que su colega se bajó para comprar algo de hachís pero, según su versión, desconocía sus intenciones delictivas. Este último comentó a la Policía, tras su detención, que Iván le reconoció que había robado, ya que incluso le mostró un fajo de billetes, pero que no le dio dinero sino que lo invitó a unos porros y unas cervezas. Sólo eso.

La fiscal no se lo cree en base a la confesión del primer inculpado y a que un testigo asegura que vio al atracador con el rostro cubierto con un pasamontañas introduciéndose en el coche y dándose a la fuga de forma muy precipitada. Y acusa a ambos de un delito de robo con intimidación en las personas y uso de instrumento peligroso. Estima que a la hora de planificar el asalto hubo un reparto de papeles.

En el caso de Iván D.J.A. le aplica la agravante de uso de disfraz por lo que reclama una pena de cuatro años de prisión. Para el otro inculpado solicita dos años y siete meses de cárcel.

Por su parte, los letrados de los encausados piden la libre absolución. Incluso la defensa de Iván D.J.A. en tanto que alega una eximente completa o subsidiariamente una atenuante muy cualificada por la toxicomanía que padece y anomalías psíquicas. La fiscal, sin embargo, no la contempló porque, según aseguró, no fue ratificado por un perito en la sala de vistas.

Los hechos que ayer se vieron en el Penal 1 ocurrieron en mayo del pasado año . Según acreditaron las víctimas del asalto, un individuo con el rostro cubierto con un gorro y un pañuelo que le cubría la cara entró con un cuchillo en la mano y se dirigió al dueño al grito de: "Dame la pasta, dame la pasta de la caja". Ante esa disyuntiva, el dueño de la librería abrió la caja y le dio los 350 euros que había en el interior. A continuación, se metió en un Volkswagen Golf, de color rojo, que estaba encendido, para darse a la fuga.

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